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PAROO — #OctubreVive

“Nue­stros muer­tos hablan, dicen, ya lo dijeron, tienen el camino recor­ri­do que otros nos obligaron a olvi­dar. Ésta, su his­to­ria, es nue­stro aire res­pi­ra­do aquí en el pre­sente que en mucho se repite des­de antes que la mira­da alcance”. 

Un min­u­to de silen­cio por todas las neu­ronas caí­das en la nor­mal­ización social tit­u­la­da. El anal­is­mo impos­ta el pen­samien­to, la opinología a la creación.

Des­de este momen­to de ver­dad, momen­to que des­bor­da la par­o­dia repub­li­cana del Agua Tib­ia, instante en el cual la pro­fun­da fuerza pop­u­lar nos recuer­da que la patria, el Esta­do y sus insti­tu­ciones han sido y son un espe­jis­mo de exclusión y de nor­mal­ización. Invo­camos a la tradi­ción del pen­samien­to, de la lit­er­atu­ra, la músi­ca, la cien­cia, la filosofía, en las cuales el ser telúri­co de estas tier­ras se han pro­nun­ci­a­do y se  pro­nun­cia, para encar­nar una cer­e­mo­nia mág­i­ca de reini­ciación de la pal­abra, de la políti­ca, de la estéti­ca, de la san­gre, de la tierra.

Una vez más la democ­ra­cia se desnu­da para dejarnos claro que es el teatri­no de la pobreza civ­i­liza­da. Rec­haz­amos la políti­ca reduci­da al mun­do buro­cráti­co admin­is­tra­ti­vo de la gob­er­nan­za que ester­il­iza el sen­ti­do míti­co-políti­co. Rec­haz­amos la impostación de la tec­nopolíti­ca espe­cial­iza­da y las redes sociales para la con­fig­u­ración de audi­en­cias de con­sumo, en vez de la orga­ni­zación y par­tic­i­pación real. 

Creemos que es momen­to de romper el cer­co men­tal, mediáti­co, cog­ni­ti­vo y estéti­co que la esco­lar­ización, la ciu­dadanía, la opinión mediáti­ca y los rabos planos del tra­ba­jo buro­cráti­co nos impo­nen como sen­ti­do común.

Es momen­to de romper los abis­mos arti­fi­ciales entre arte y políti­ca, entre pen­samien­to y acción, lib­er­ar el ser de la espe­cial­ización, del con­sumo, del tra­ba­jo mor­al­iza­do como sen­ti­do metafísi­co de la exis­ten­cia, sim­ple­mente para sat­is­fac­er la acu­mu­lación de capital.

Sabe­mos que las pal­abras que habi­tan estas mon­tañas nos rodean, esperan­do ser arpe­giadas por gar­gan­tas médi­ums. Nue­stros muer­tos hablan, dicen, ya lo dijeron, tienen el camino recor­ri­do que otros nos obligaron a olvi­dar. Ésta, su his­to­ria, es nue­stro aire res­pi­ra­do aquí en el pre­sente que en mucho se repite des­de antes que la mira­da alcance. 

En vista que la pos­mod­ernidad lib­er­al, en cualquiera de sus varia­ciones, no solo aten­ta con­tra el equi­lib­rio ecológi­co plan­e­tario, la cal­i­dad del ambi­ente y la vida de todas las especies; tam­bién exter­mi­na todo espa­cio social delib­er­ante que no esté con­tro­la­do y además com­par­ti­men­tal­iza­do bajo algún sub­tí­tu­lo. Nos pro­ponemos gener­ar ese espa­cio, esa especie en extin­ción-retro que mez­cla, anti-mod­er­na­mente, los saberes y las sen­si­bil­i­dades, para no ser un pla­gio de nosotros mismos.

Nues­tra eternidad es la especie en una real­i­dad mul­ti-par­a­dig­máti­ca. La inteligen­cia, la expre­sión, y el pen­samien­to con­sti­tuyen un Rizoma mul­ti­niv­el y no un pro­gre­so uni­lin­eal. Ya que vivi­mos en occi­dente, en la era del laber­in­to de los sig­nif­i­cantes vacíos, el PostApoc­al­i­sis es la trasgre­sión al mito del límite final. El post final supone la trasgre­sión may­or, la dimen­sión donde todo es posi­ble por antono­ma­sia, donde oper­an reglas dis­tin­tas e impre­deci­bles, donde se remueven como con­feti los lugares comunes del pre final. 

Las puer­tas del PostApoc­alip­sis se han abier­to con el elixir telúri­co del may­or lev­an­tamien­to pop­u­lar del siglo XXI, para entre­lazar los lengua­jes, los tiem­pos y los mun­dos otra vez. 

Toma­do de Man­i­fiesto PostApoc­alip­sis, Octubre de 2019: PostApoc­alip­sis: Man­i­fiesto PostApoc­alip­sis (nectarvolcanico.blogspot.com)