Electro deja vu
Mientras me secaba, su mirada atravesó como un bisturí el roce de la toalla sobre mi pelo hasta paralizarme, ø estupefacto regresó su mirada sobre mí, nos miramos, la miramos.
Seguir leyendo →Mientras me secaba, su mirada atravesó como un bisturí el roce de la toalla sobre mi pelo hasta paralizarme, ø estupefacto regresó su mirada sobre mí, nos miramos, la miramos.
Seguir leyendo →Bajamos por los recovecos de las calles angostas repletas de fantasmas desterrados del metaverso bancario.
Seguir leyendo →Al filo del acantilado, tres rostros lamidos por el frío arremolinado del páramo, surcaban un enorme algodón de agua.
Seguir leyendo →—¿Eres un espectro?, le preguntó Flagelo de Miel a la Aparición que nos acompañaba.
Seguir leyendo →Enamorada de tus síntomas asedias al dispositivo. En la madrugada escarbas en tu culpa o en el hastío a la cansada, como quien sacude una alcancía para ver que cae.
Seguir leyendo →— ¡Despejar la variable antes del amanecer, señor corchete! — fue lo que escuchó antes de quedar en blanco.
Seguir leyendo →El viento sopla desde el borde de lo alto de la terraza, activaste la tela vibracional; todas esperamos tu señal.
Seguir leyendo →Solo pensaba en liberar la potencia nutricia apenas llegar al lugar del entierro de la trabazón de las palabras.
Seguir leyendo →— Mi nombre fue registrado en el libro de blancos cuando nací y en el libro de indios después de mi muerte,— nos confesaste casi al despedirnos.
Seguir leyendo →— Somos Lutita atravesando las porosidades coloniales en camino a la ciudad. Un viento imperceptible que cruza el granito del subsuelo. Arriba, la piedra pómez alcanza el cenit, iluminando nuestro rumbo.
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