Antena Matriota

Latinoamérica o la vida misma

Ilus­tración por Fran­cis­co Galárraga

— Entre­vista a Gabriela Rivadeneira—

“en región aso­la­da por la sequía 

en año que se pierde la cosecha

son ricos ¡oh queri­da! los que 

no pres­en­cian la ruina de su país

la destruc­ción de su familia

la pér­di­da del vue­lo hacia adelante” 

Juan Gel­man

En la his­to­ria de nue­stro con­ti­nente, el exilio y la per­se­cu­ción políti­ca con­sti­tuyen una reit­eración que pro­duce la rup­tura entre los prin­ci­p­ios de ciu­dadanía y nacional­i­dad otor­ga­dos por el Esta­do, vul­nera de fac­to el ejer­ci­cio de los dere­chos políti­cos de una per­sona, pero a con­tra­mano, esta expe­ri­en­cia traumáti­ca y vio­len­ta per­mite una opor­tu­nidad que resig­nifi­ca sen­ti­dos y poten­cial­i­dades en dis­tin­tos espa­cios y geografías, cre­cen nuevas for­mas de iden­ti­dad, de con­ce­bir la democ­ra­cia y el sen­tir a Lati­noaméri­ca. El exilio posi­bili­ta tam­bién ren­o­vadas for­mas de lucha por los dere­chos humanos, por la orga­ni­zación políti­ca en torno a un proyec­to nacional vigente con el arrai­go a una nación dis­per­sa por la tozudez de las prác­ti­cas autoritarias.

Por su parte, la prác­ti­ca de las élites cap­i­tal­is­tas de acusar a los líderes pop­u­lares o de izquier­da de cor­rup­ción como un mecan­is­mo de can­celación, es un tru­co de vie­ja data; ya en 1860, la inteligen­cia de Luis Bona­parte pagó a uno de sus agentes para que acusara al mis­mísi­mo Karl Marx de haber malver­sa­do fon­dos ante el movimien­to pop­u­lar europeo. El año prece­dente a este hecho, en 1859, Marx había pub­li­ca­do la Con­tribu­ción a la Críti­ca de la Economía Políti­ca. Karl cometió el error de afec­tarse y mordió el anzue­lo de las injurias en su con­tra y per­maneció dis­traí­do de su que­hac­er inves­tiga­ti­vo durante todo un año, elab­o­ran­do una respues­ta volu­mi­nosa a un fulano intrascen­dente, El Señor Vogt (1860), un libro menor den­tro de la obra de Marx.

Gabriela Rivadeneira, la primera mujer pres­i­den­ta de la Asam­blea Nacional del Ecuador, una de las lid­ere­sas de izquier­da más impor­tantes de la región, inter­viene des­de el exilio en una larga con­ver­sación con Matri­o­ta, para esco­zor de una derecha a la que le sobran inver­sion­istas, pero carece de inte­gri­dad. Rivadeneira es la direc­to­ra ejec­u­ti­va del Insti­tu­to para la Democ­ra­cia Eloy Alfaro (Ide­al). Su pod­cast Lo per­son­al es políti­co, abor­da el fem­i­nis­mo des­de una per­spec­ti­va geopolíti­ca, la lucha de clases y el anti impe­ri­al­is­mo. Tuvi­mos la opor­tu­nidad de char­lar con Gabriela en vísperas de su via­je a la Habana para par­tic­i­par del Colo­quio Inter­na­cional Patria, en el cual pro­nun­ció un sen­ti­do dis­cur­so ante miles de jóvenes, int­elec­tuales, políti­cos y exper­tos de la comu­ni­cación. Durante un par de horas que pasaron volan­do, abor­damos, entre otros temas, la mil­i­tan­cia, el exilio, la par­tic­i­pación y orga­ni­zación políti­ca, los desafíos de los fem­i­nis­mos, la ver­dad, la con­vic­ción y la vida misma. 

Matri­o­ta: La Rev­olu­ción Ciu­dadana parece renu­ente a con­stru­ir espa­cios de for­ma­ción políti­ca que sean diques con­tra la avan­za­da de la vul­ga­ta lib­er­taria, pero el Insti­tu­to para la Democ­ra­cia Eloy Alfaro (IDEAL), des­de el exilio, pre­tende ser el espa­cio de for­ma­ción políti­ca que le hacía fal­ta ¿Cuáles son sus enfo­ques para la for­ma­ción política? 

Gabriela Rivadeneira: Esa es una falen­cia de todos los par­tidos políti­cos y movimien­tos de los últi­mos tiem­pos, sal­vo, quizá, el Par­tido Comu­nista en cada uno de nue­stros país­es, con su línea ver­ti­cal, orto­doxa, prove­niente de la escuela chi­na; ningún otro par­tido ha tenido pro­ce­sos de for­ma­ción real­mente ide­ológ­i­ca y políti­ca. Aho­ra mis­mo vemos como Xi Ji Ping es nom­bra­do por ter­cera como Sec­re­tario gen­er­al del Par­tido Comu­nista Chi­no y tam­bién Pres­i­dente de Chi­na, con­se­cuen­cia de la for­ma­ción políti­co ide­ológ­i­ca del Par­tido Comu­nista chi­no para fun­cionar­ios de gob­ier­no, es una línea que se ha desar­rol­la­do durante 100 años, con sus bemoles. Me atrevería a decir que la fal­ta de for­ma­ción y de orga­ni­zación políti­ca es cul­pa de los par­tidos y orga­ni­za­ciones políti­cas. Ater­rizan­do esto al Ecuador, los par­tidos y movimien­tos políti­cos hemos obser­va­do una línea más elec­toral, antes que orga­ni­za­ti­va; los pro­ce­sos elec­torales son tan recur­rentes que la orga­ni­zación políti­ca se toma como una her­ramien­ta elec­toral más, no como una ver­dadera her­ramien­ta de orga­ni­zación territorial.

La R.C. cam­bió esa dinámi­ca al lograr, en su momen­to, que los comités de la Rev­olu­ción Ciu­dadana pudier­an lle­gar has­ta las célu­las ter­ri­to­ri­ales más pequeñas, pero sin un acom­pañamien­to en los temas de for­ma­ción. Quienes ven­i­mos de otra his­to­ria para­lela, de la mil­i­tan­cia en nues­tras orga­ni­za­ciones políti­cas, jun­to a viejos ref­er­entes que sabían que la for­ma­ción era fun­da­men­tal para los cuadros políti­cos, com­pren­demos de otra man­era las cosas. Este es un dile­ma que ten­emos hoy en la RC; hay una escuela de for­ma­ción que recién se está ges­tando, IDEAL va a par­tic­i­par den­tro de estos pro­ce­sos de formación. 

El Insti­tu­to para la Democ­ra­cia Eloy Alfaro, IDEAL, nace en Méx­i­co a raíz de la der­ro­ta en la elec­ción pres­i­den­cial del 2021, los que esta­mos en el exilio seguimos muy aten­ta­mente la cam­paña pres­i­den­cial, nos decíamos, si ganamos, ten­emos la  posi­bil­i­dad de volver. Cuan­do perdi­mos, nos dimos cuen­ta que vamos a estar acá un tiem­po más pro­lon­ga­do, por lo tan­to, surgió la tarea de hac­er algo, ten­emos que mil­i­tar en algún espa­cio, más allá de que algunos de los com­pañeros ya mili­ta­mos en More­na, en la 4 tª Transformación.

¿Cómo ten­er un pie en el Ecuador estando fuera? Decidi­mos for­malizar el Insti­tu­to Ide­al acá en Méx­i­co, con la pres­i­den­cia de Rafael Cor­rea. No se tra­ta de un insti­tu­to que depen­da del par­tido, tam­poco es una orga­ni­zación anexa a UNES, IDEAL es un insti­tu­to de for­ma­ción de alcance region­al. Después de tan­tos años de par­tic­i­pación políti­ca en Lati­noaméri­ca, en este segun­do ciclo pro­gre­sista, logramos con­stru­ir una red de actores políti­cos, de gente que está en el ejer­ci­cio de gob­ier­no, o en la diri­gen­cia par­tidaria de nue­stros país­es. Hemos logra­do que IDEAL sea el espa­cio de las com­pañeras y com­pañeros que tienen nues­tra mis­ma pre­ocu­pación sobre la for­ma­ción y la capac­itación, pero además ten­emos un plus: en IDEAL son los pro­pios actores, los pro­tag­o­nistas de la políti­ca públi­ca en cada uno de nue­stros país­es, los que gen­er­an el cómo ir de la teoría  a la prác­ti­ca, algo que no lo sis­tem­ati­zamos en la primera déca­da de este siglo. Una de las grandes falen­cias de nue­stros gob­ier­nos fue que no apos­ta­mos a la trans­ver­sal­i­dad del cam­bio de la matriz cul­tur­al, al no hac­er­lo, dejamos de sis­tem­ati­zar, de val­o­rar la razón del que­hac­er de la políti­ca. Teníamos mega indi­cadores, estadís­ti­cas, pero no siem­pre expusi­mos las razones del por qué tomábamos las deci­siones. Ten­er el con­cep­to de cam­biar los par­a­dig­mas de desar­rol­lo, lle­var­los a la prác­ti­ca, esa es la conex­ión que tra­ta de hac­er IDEAL. Has­ta aho­ra hemos real­iza­do cua­tro cur­sos de for­ma­ción, está abier­ta la inscrip­ción para Aba­jo y a la izquier­da, nue­stro cur­so sobre gob­ier­nos locales. Lo que bus­camos es gener­ar con­cep­tos, incor­po­rar teorías de desar­rol­lo, que además sean ant­i­cap­i­tal­is­tas, anti neolib­erales. Nues­tra línea es muy clara, somos un insti­tu­to de izquier­da, den­tro de la lóg­i­ca del pro­gre­sis­mo. El ejer­ci­cio es traer la teoría a la prác­ti­ca, con­cep­tu­alizar las her­ramien­tas prác­ti­cas que se eje­cu­tan en la políti­ca públi­ca, apor­tar her­ramien­tas de for­ma­ción para las nuevas gen­era­ciones. IDEAL ya tiene una red de más de 70 orga­ni­za­ciones sociales y políti­cas, en más de 20 país­es del con­ti­nente. Ter­mi­namos el año ante­ri­or con poco más de 3000 estu­di­antes, el 80% tienen títu­lo de ter­cer y cuar­to niv­el. No es un pro­ce­so exclu­si­vo de for­ma­ción de base, es una for­ma­ción de cuadros políti­cos, de incor­po­ración de her­ramien­tas de gob­ern­abil­i­dad y de políti­ca pública.

Este enfoque está en nues­tras primeras pub­li­ca­ciones: Mujeres, Poder y Políti­ca en Améri­ca Lati­na (2022), que es resul­ta­do del primer cur­so; con­tiene una críti­ca a los fem­i­nis­mos, al que­hac­er de la políti­ca públi­ca para las mujeres. Nue­stro segun­do libro, Economía como ide­ología dis­fraza­da de cien­cia (2022), su títu­lo es autoría del pro­pio Rafael Cor­rea; abor­da las prác­ti­cas no orto­doxas de la economía como her­ramien­tas de políti­ca públi­ca. Aho­ra esta­mos generan­do la ter­cera pub­li­cación, que está rela­ciona­da con el cur­so de comu­ni­cación, este tema nos parece fun­da­men­tal, ensegui­da ven­drá el cur­so sobre geopolíti­ca. Este año tam­bién vamos a tratar sobre cul­turas con­tra el fas­cis­mo en la región, lo vamos a hac­er con Casa de las Améri­c­as de Cuba y con la Sec­re­taría de Cul­tura del Gob­ier­no de Méx­i­co. Después, hare­mos un cur­so sobre seguri­dad, en con­tra­posi­ción a los “mod­e­los buke­lis­tas”, con otras expe­ri­en­cias, bajo un enfoque de dere­chos humanos, en políti­ca del bien­es­tar. Ter­minare­mos con un cur­so sobre salud, con un enfoque alter­na­ti­vo al mer­can­til­is­mo de las far­ma­céu­ti­cas. Esta es nues­tra mal­la cur­ric­u­lar para este año, todos estos cur­sos son vir­tuales, por obvias razones; tam­bién lle­va­mos a cabo activi­dades pres­en­ciales acá en Méx­i­co, con diputa­dos de More­na, con mil­i­tantes de la 4ta Trans­for­ma­ción. Nos intere­sa seguir pro­movien­do estas her­ramien­tas, esto nos ilu­siona mucho, porque es el espa­cio de la mil­i­tan­cia, del aporte, para encauzar al Ecuador y al proyec­to de la Rev­olu­ción ciu­dadana a una dinámi­ca de for­ma­ción más pro­fun­da, más ide­ológ­i­ca, algo que nos hace muchísi­ma fal­ta. Ten­emos tam­bién una prop­ues­ta para hac­er activi­dades con­jun­tas en Hon­duras, con el gob­ier­no de la com­pañera Xiomara Cas­tro, después en Argenti­na lle­vare­mos a cabo activi­dades. Esta es nues­tra for­ma de mil­i­tar des­de el exilio.

¿Qué expe­ri­en­cias de orga­ni­zación nacional pop­u­lar de Lati­noaméri­ca nos pueden servir para con­stru­ir orga­ni­zación política? 

Reivin­di­co la expe­ri­en­cia más potente de orga­ni­zación pop­u­lar y políti­ca de los últi­mos años: la Rev­olu­ción Boli­var­i­ana de Venezuela, el PSUV. Pero no puedo dejar de citar el lega­do de la Rev­olu­ción Cubana, tam­bién lo que fue el pro­ce­so orga­ni­za­ti­vo del San­din­is­mo nicaragüense en sus ini­cios. Hoy por hoy, creo que la expe­ri­en­cia que hay que com­par­tir y estu­di­ar es la expe­ri­en­cia vene­zolana. A diez años de la muerte del Coman­dante Hugo Chávez, frente al crim­i­nal blo­queo económi­co, la expe­ri­en­cia de orga­ni­zación ter­ri­to­r­i­al vene­zolana es inspi­rado­ra. El mod­e­lo económi­co basa­do en la renta petrol­era que tuvo Venezuela, antes de Chávez, no gen­eró indus­tria, e inclu­so con Chávez, fue muy difí­cil gener­ar y diver­si­ficar la pro­duc­ción, sin embar­go desar­rol­laron mucha políti­ca públi­ca, gen­eró may­or bien­es­tar para la gente; lo pri­mor­dial fue el pago de la deu­da social. Después, con el blo­queo, obvi­a­mente todo se com­plicó muchísi­mo, bajaron las importa­ciones. Los impor­ta­dores y expor­ta­dores vene­zolanos impul­saron al blo­queo como una for­ma de deses­ta­bi­lización políti­ca, estos sec­tores, inmer­sos en la sal­va­je dis­pu­ta por los recur­sos nat­u­rales, eligieron la vio­len­cia para­mil­i­tar y el apoyo a los fal­li­dos inten­tos de invasión norteam­er­i­cana. Sin embar­go el pueblo vene­zolano ha sabido resi­s­tir, poco a poco se ha esta­bi­liza­do la economía, con mues­tras mucho más pal­pa­bles que otros país­es de la región en el ámbito del respeto a los dere­chos humanos. 

Tam­bién reivin­di­co al movimien­to fem­i­nista de Argenti­na porque con­sti­tuye una nue­va expe­ri­en­cia en el cam­po de la orga­ni­zación social. Estás dos expe­ri­en­cias, la de Venezuela, con su alcance orga­ni­za­ti­vo, par­tidario, políti­co, ter­ri­to­r­i­al; la de Argenti­na, como una expe­ri­en­cia orga­ni­za­ti­va, social, inclu­so estéti­ca, son las que están mar­can­do un nue­vo debate sobre la orga­ni­zación social y popular.

Gabriela Rivadeneira antes de par­tir al exilio. 

Cuan­do doy clases acá en Méx­i­co, para sis­tem­ati­zar las últi­mas décadas de Lati­noaméri­ca, digo que se basan en tres dic­taduras:  la dic­tadu­ra mil­i­tar durante las décadas de los 70 y los 80, la dic­tadu­ra económi­ca de los 90, y la dic­tadu­ra judi­cial que ten­emos actual­mente. Toda dic­tadu­ra ha traí­do como con­tra­parte momen­tos de pro­fun­da conex­ión lati­noamer­i­can­ista, porque lo que enfrenta­mos no son proyec­tos ais­la­dos, estas dic­taduras son orques­tadas des­de los Esta­dos Unidos.

Hablar de mujeres es hablar de la sociedad en su con­jun­to, el fem­i­nis­mo es quizá la lucha que en esta época ha logra­do más avances que otras causas, pre­cisa­mente porque es un asun­to abar­cador. ¿Cuál es tu visión al respecto?

Sí, pero no deja de estar ame­naza­do. Hay un lega­do funesto, que pegó muchísi­mo en nues­tras sociedades como parte del neolib­er­al­is­mo, el arti­fi­cio de seg­men­tar las luchas. Nosotros teníamos abso­lu­ta­mente claro que la lucha fun­da­men­tal para erradicar la desigual­dad social era la lucha de clases, pero el neolib­er­al­is­mo nos con­ven­ció que era la lucha por seg­men­tos. Aho­ra ten­emos a las mujeres luchan­do por las mujeres, a los indí­ge­nas luchan­do por los indí­ge­nas, a los jóvenes luchan­do por los jóvenes, a los sindi­catos luchan­do por los tra­ba­jadores, nos olvi­damos que en todas estas áreas hay quienes explotan y quienes son explota­dos. Porque hablar de mujeres no es hablar de una población  homogénea, al hablar de mujeres nos encon­tramos con mujeres explota­do­ras y mujeres del cam­po pop­u­lar que son explotadas, es evi­dente que esto se expre­sa tam­bién en los fem­i­nis­mos. Es decir, no esta­mos exclu­idas de la ame­naza neolib­er­al, con el crec­imien­to tan impor­tante que han tenido los fem­i­nis­mos, aho­ra tienes a un fem­i­nis­mo lib­er­al, abso­lu­ta­mente con­tra­dic­to­rio con su pro­pio ori­gen históri­co. Entonces tienes a mujeres de derecha, con­ser­vado­ras, explota­do­ras, hablan­do de fem­i­nis­mos, hablán­dote de soror­i­dad. Esta prob­lemáti­ca es parte de las con­tradic­ciones que enfrenta­mos a la inter­na de las orga­ni­za­ciones feministas.

Me adscri­bo total­mente al fem­i­nis­mo pop­u­lar, a quienes mili­ta­mos nos intere­sa mucho recal­car que nues­tra lucha es ant­i­cap­i­tal­ista, es anti patri­ar­cal, por lo tan­to, tam­bién es una lucha de clases. A propósi­to de la sem­ana del 8 de mar­zo, hemos par­tic­i­pa­do en las mov­i­liza­ciones cor­re­spon­di­entes. Por otra parte, cada domin­go sacamos un nue­vo episo­dio de Lo per­son­al es políti­co, esta vez hici­mos men­ción a las mil­i­tantes históri­c­as que nos influ­en­cia­ron, que fueron y son un cable a tier­ra de lo que real­mente es la lucha de los fem­i­nis­mos, sabi­en­do que no todas las mujeres luchado­ras nece­sari­a­mente se declararon fem­i­nistas, sin embar­go, al cabo de los años son un ref­er­ente, por ejem­p­lo, la mis­ma Clara Zetkin no se declar­a­ba fem­i­nista, hoy es una de las prin­ci­pales ref­er­entes del fem­i­nis­mo. Una de mis grandes ref­er­entes es Rosa de Lux­em­bur­go, porque la tenía clari­ta, tuvo la lucidez nece­saria para ubicar los límites de la socialdemoc­ra­cia, la con­sid­er­a­ba un peli­gro para el establec­imien­to de trans­for­ma­ciones sociales más profundas.

Somos muy sus­cep­ti­bles al esno­bis­mo, esa es una de las pre­ocu­pa­ciones que ten­go, espe­cial­mente en las nuevas gen­era­ciones, hay una ten­den­cia a la triv­i­al­i­dad del debate políti­co, te quedas con el slo­gan, como pasa con muchos temas que se ponen de moda. A veces, para cier­tos sec­tores de nues­tra sociedad, las consignas que pro­mueve el fem­i­nis­mo se con­vierten en esno­bis­mo, nos aís­la de una aprox­i­mación analíti­ca, de la ver­dadera lucha y su con­tex­to históri­co, que con­siste en erradicar las bre­chas de desigual­dad social. Esto solo lo podemos hac­er abor­dan­do los temas estruc­turales del sis­tema. Por eso lo que pasa en Argenti­na es muy intere­sante; la ola nace con la exi­gen­cia del dere­cho al abor­to, se va desar­rol­lan­do hacía una orga­ni­zación más abar­cado­ra que ha incor­po­ran­do reivin­di­ca­ciones lab­o­rales por salarios dig­nos. Trascendi­mos el cer­co de una consigna, para que la lucha por la igual­dad nos una. 

Un claro ejem­p­lo del fenó­meno de vaci­amien­to de los sig­nif­i­cantes, es la manip­u­lación por parte del fem­i­nis­mo lib­er­al del tér­mi­no soror­i­dad. Me duele, porque la pal­abra soror­i­dad es mar­avil­losa, tiene mucha poten­cia y pro­fun­di­dad, pero aho­ra está sien­do manip­u­la­da para hac­er­nos ver como si todas las mujeres fuéramos iguales, como si tuviéramos que ser soro­ras por el sim­ple hecho de ser mujeres. Hay mujeres que se llenan la boca de soror­i­dad para jus­ti­ficar su obse­cuen­cia con el esta­tus quo. Cae­mos mucho en este juego res­bal­adi­zo de pal­abras, de tér­mi­nos que inevitable­mente tienen que ser debati­dos y reflex­ion­a­dos. Creo que la lucha del fem­i­nis­mo, y más allá del fem­i­nis­mo, la lucha por los dere­chos de las mujeres y de la sociedad entera está atrav­es­a­da por la vio­len­cia estruc­tur­al de un sis­tema de acu­mu­lación sui­ci­da. Cuan­do teng­amos claro que el ene­mi­go prin­ci­pal con­sti­tuye este orden al ser­vi­cio del cap­i­tal y no de la vida, volver­e­mos a ten­er avances históri­cos más amplios.

A fines de mar­zo habre­mos lan­za­do des­de Méx­i­co la platafor­ma de La Inter­na­cional Fem­i­nista, con com­pañeras de la región como Karol Car­i­o­la de Chile, Cit­lali Hernán­dez de Méx­i­co, Eliz­a­beth Gómez Alcor­ta de Argenti­na. Hemos con­ce­bido un espa­cio para debatir sobre estos temas que nos pre­ocu­pan, para no sucumbir bajo las modas del momen­to. Con­ta­mos con cer­ca de 60 cuadros de mujeres del mun­do, hay mujeres de África, de Europa, esta­mos tratan­do de acer­carnos hacia Asia. En la platafor­ma de la Inter­na­cional Fem­i­nista debatire­mos la dimen­sión de la orga­ni­zación del fem­i­nis­mo en tan­to un frente de com­bate direc­to a las ten­den­cias fascis­tas que están surgien­do en el mun­do, será un espa­cio que abor­de la inter­sec­cional­i­dad, que es impor­tante para el for­t­alec­imien­to de los fem­i­nis­mos en el mun­do. Tam­bién vamos a pro­pon­er una agen­da mín­i­ma de acciones para ten­er consignas de lucha en cada uno de nue­stros país­es. Esta­mos dis­pues­tas a dar la batal­la des­de el lengua­je, des­de la reflex­ión de los con­cep­tos y des­de la acción política.

¿Crees que hay un fem­i­nis­mo pop­u­lar en el Ecuador? ¿Cómo ves esto en el con­tex­to mul­ti­cul­tur­al, espe­cial­mente en las cul­turas indígenas?

El fem­i­nis­mo en el Ecuador es incip­i­ente, está con­cen­tra­do en un sec­tor clara­mente urbano. Creo que es un buen comien­zo, me encan­ta que sur­jan más expre­siones de las causas fem­i­nistas, que en la mar­cha del ocho de mar­zo par­ticipen niñas, per­sonas de la ter­cera edad, madres que dicen “estoy pre­ocu­pa­da y sal­go a mar­char porque quiero que mi hija llegue segu­ra a la casa”. Es decir, hay nuevas expre­siones que se están ges­tando, pero sigue sien­do un tema con­cen­tra­do en las cap­i­tales, Quito y Guayaquil, tal vez algo en Cuen­ca. Pero si vas a Cota­cachi, o a una par­ro­quia de Napo, hablar del fem­i­nis­mo todavía es una cosa muy extraña, con mucha car­ga neg­a­ti­va. Nos pasamos décadas tratan­do de aclarar por qué el fem­i­nis­mo no es sinón­i­mo de machis­mo al revés, sin embar­go esa es todavía una creen­cia gen­er­al­iza­da, que el fem­i­nis­mo es la lucha de las mujeres por enci­ma de los hom­bres, o que ojalá desa­parez­can los hom­bres, ese tipo de dis­parates las­ti­mosa­mente aún están arraiga­dos en cier­tos sec­tores y gru­pos etar­ios de la sociedad. 

Veo que la orga­ni­zación pop­u­lar está más lig­a­da al dere­cho de las mujeres que al fem­i­nis­mo en sí mis­mo. Entonces, si vas a una comu­nidad y dices, vamos a orga­ni­zarnos porque ten­emos que recla­mar los dere­chos de las mujeres, van a estar todas. Pero si vas y dices vamos a orga­ni­zarnos porque el fem­i­nis­mo pop­u­lar es nues­tra sal­i­da, van a huir. Es nece­sario hac­er mucha ped­a­gogía popular. 

Fui la primera pres­i­den­ta mujer de la Asam­blea Nacional del Ecuador, tuve que enfrentar el estig­ma de ser la “sum­isa de Cor­rea”. Fue jus­ta­mente por el tema del Abor­to, yo he batal­la­do mucho por el dere­cho al Abor­to libre, pero, por no haber podi­do dar ese paso en la gestión leg­isla­ti­va por los lim­ites cul­tur­ales aún imper­antes en ese momen­to en la sociedad ecu­a­to­ri­ana, este hecho fue una corti­na de humo sobre lo que si logramos en temas de género y de mujeres. Esta es una car­ga dolorosa que aún lle­vo, porque en su momen­to no tuvi­mos la ade­cua­da ped­a­gogía para comu­nicar tan­tos logros que nos han empoder­a­do en el pro­ce­so, logros que para mí son un asun­to de jus­ti­cia social, logros que impli­can cam­bios estruc­turales, por ejem­p­lo; el dere­cho a la legal­ización de la tier­ra de las mujeres campesinas e indí­ge­nas, la seguri­dad social para las amas de casa, o sea que todas puedan ten­er una jubi­lación digna cuan­do sean ancianas, cuan­do estén solas, cuan­do estén divor­ci­adas, cuan­do hayan sido madres solteras. Además, hoy la mujer puede estable­cer en el acta de mat­ri­mo­nio que ella es la admin­istrado­ra de los bienes conyu­gales.  Son temas sus­tan­ciales que no supi­mos, — y esto es un mea cul­pa—, comu­ni­car­los ade­cuada­mente, logros que con­sti­tuyen avances sig­ni­fica­tivos en la cal­i­dad de vida de las mujeres ecuatorianas. 

Otro fac­tor por el cual no pudi­mos dar el paso hacia el Abor­to libre, en su momen­to, fue por la democ­ra­cia inter­na del par­tido, por difer­en­cias con­cep­tuales, ide­ológ­i­cas, que son parte de la dinámi­ca democráti­ca para la toma de deci­siones. Final­mente, por no haber tra­ba­ja­do más a pro­fun­di­dad para que el Abor­to libre con­sti­tuya una deman­da social, más allá del requer­im­ien­to del grupo de com­pañeras que estábamos en el espa­cio leg­isla­ti­vo, y pequeños gru­pos orga­ni­za­dos en la sociedad. En defin­i­ti­va, se con­ju­garon muchos fac­tores para que no podamos lograr la legal­ización del abor­to libre, más allá de la causal por vio­lación; muchas planteamos, y lo vamos a seguir defen­di­en­do, que el Abor­to legal sea abier­to, sea por cualquier situación, como ten­emos acá en Méx­i­co, cómo se con­sigu­ió en Argenti­na. Son atavis­mos arcaicos, pero los seguimos deba­tien­do, en algún momen­to dare­mos ese paso, porque los tiem­pos van hacia allá. Así como aho­ra esta­mos luchan­do y seguimos luchan­do por el Abor­to libre, que ya en muchos país­es es una nor­mal­i­dad, vamos a ir luego por la Cannabis para uso medicinal.

Gabriela Rivadeneira durante de la mar­cha del 8 de Mar­zo de 2023 en Ciu­dad de Méx­i­co. Fuente: @GabrielaEsPais

Otro fac­tor por el cual no pudi­mos dar el paso hacia el Abor­to libre, en su momen­to, fue por la democ­ra­cia inter­na del par­tido, por difer­en­cias con­cep­tuales, ide­ológ­i­cas, que son parte de la dinámi­ca democráti­ca para la toma de deci­siones. Final­mente, por no haber tra­ba­ja­do más a pro­fun­di­dad para que el Abor­to libre con­sti­tuya una deman­da social, más allá del requer­im­ien­to del grupo de com­pañeras que estábamos en el espa­cio leg­isla­ti­vo, y pequeños gru­pos orga­ni­za­dos en la sociedad.

Últi­ma can­ción de la exiliada

Miguel Donoso Pare­ja llegó a Méx­i­co en 1964, expul­sa­do por la Jun­ta Mil­i­tar, luego de diez meses de deten­ción arbi­traria. Mien­tras escribía Día tras día (1976), su nov­ela del exilio, dirigió los talleres lit­er­ar­ios de la UNAM y del Insti­tu­to Nacional de Bel­las Artes, allí se ini­cia­ron varias gen­era­ciones de escritores mex­i­canos. Existe una his­to­ria de exilio políti­co y lit­er­ario de ecu­a­to­ri­anos en Méx­i­co: Bolí­var Echev­er­ría, Fer­nan­do Nieto Cade­na. Luego del Paro Nacional de Octubre de 2019, muchos diri­gentes políti­cos, que con­denaron la repre­sión, lla­man­do a rea­gru­par fuerzas, fueron encar­ce­la­dos o partieron al exilio. Gabriela Rivadeneira se refugió en la Emba­ja­da de Méx­i­co en Quito, al lle­gar a la CDMX, su padre fue cap­tura­do por testa­fer­ris­mo con prue­bas fal­sas, los lat­i­fun­dios mediáti­cos se ensañaron con­tra él, al no poder deten­er a su hija. 

¿Cómo ha sido tu expe­ri­en­cia del exilio en Méx­i­co en estos años? 

Pien­so siem­pre en mi famil­ia, de un momen­to a otro el sen­ti­do de la vida cam­bia cuan­do tienes hijos. Pien­so des­de ellos, cómo la par­tic­i­pación políti­ca de tu padre o de tu madre trans­for­man tu vida, cómo mar­can las eta­pas de crec­imien­to, la infan­cia y la ado­les­cen­cia. Pien­so mucho en mis hijos, que lle­garon acá de 13 y 9 años, imagí­nate, aho­ra tienen 16 y 13. Al prin­ci­pio, me gen­eró una cul­pa con la que tuve que batal­lar, pues mis hijos me reclam­a­ban: “No me digas nada porque por tu cul­pa estoy acá, no me digas nada, que por tu cul­pa dejé a mis amigos…”

Una de las cosas que más me pesó, que has­ta aho­ra me duele mucho, fue que mi papá ter­minó pre­so injus­ta­mente. El exilio te toca fibras sen­si­bles, las fibras más ínti­mas se resien­ten, son car­gas muy difí­ciles de sub­sa­nar, son due­los que ter­mi­nas lle­van­do, no sé por cuán­to tiem­po. Al lle­gar a Méx­i­co tuve mucha suerte, a pesar de todo, creo que soy una priv­i­le­gia­da del exilio, porque Méx­i­co evitó que pudiera estar en la cár­cel, o en una condi­ción todavía peor, que sin duda habría afec­ta­do aún más a los que amo. Mis hijos han sido mi soporte fun­da­men­tal en el ámbito emo­cional. Lleg­amos a un país abso­lu­ta­mente sol­i­dario, con una his­to­ria ejem­plar de acogi­da al exil­i­a­do. Además, los vín­cu­los que una va hacien­do en el tran­scur­rir de la vida, me per­mi­tieron ten­er muchos ami­gos y ami­gas mex­i­canos, antes, mucho antes de saber que mi des­ti­no domi­cil­iario iba a ser en Méx­i­co. Esto ha per­mi­ti­do que no nos sin­ta­mos solos, gener­ar con los demás ecu­a­to­ri­anos en el exilio una comu­nidad que ya es bas­tante amplia. Sin embar­go, paradóji­ca­mente, si algo te da el exilio, es una soledad muy par­tic­u­lar. Los que ten­emos his­to­rias de exilio, como los repub­li­canos españoles en su momen­to, los mil­i­tantes con­tra las dic­taduras de los años 70 y 80 del Cono Sur, durante el siglo pasa­do, gente que huyó de una repre­sión mucho más cru­en­ta, se encon­traron con esta soledad del exil­i­a­do. Muchas de las his­to­rias de políti­cos, de artis­tas, de poet­as, de músi­cos lati­noamer­i­canos, habitaron inevitable­mente esta par­tic­u­lar soledad. Sin embar­go, al haber una razón vin­cu­la­da a las con­vic­ciones y com­pro­misos políti­cos, hay una dimen­sión comu­ni­taria, la de la iden­ti­dad de los prin­ci­p­ios; esa iden­ti­dad com­par­ti­da te acoge, hace que no te caigas; y si te caes, hay alguien al lado ani­mán­dote. Nos encon­tramos en los cumpleaños, com­par­tien­do y rien­do, tam­bién llo­ran­do, can­tan­do tus tris­tezas y ale­grías estas se hacen lle­vaderas, esto es un gran priv­i­le­gio y entraña mucha riqueza humana. El 9 de enero de este año cumplí tres años en Méx­i­co, en este país que me ha brinda­do su sol­i­dari­dad. Creo tam­bién que la ven­ta­ja de ser mil­i­tante es que puedes inte­grarte en la mil­i­tan­cia de donde estés porque las causas que nos her­manan no tienen fron­teras. La mil­i­tan­cia me ha cobi­ja­do mucho, porque lle­vo a la políti­ca en las entrañas. 

Al ini­cio, cuan­do llegué a Méx­i­co, me ais­lé de todo, fue una eta­pa muy dura, salí de la estruc­tura for­mal del par­tido, no quería ir a las asam­bleas, me con­vo­ca­ban los com­pañeros, y yo les decía que no, les daba largas. Acá me invita­ban a More­na, a los even­tos, tam­bién les decía que no, mi primer año fue de negación total. Cada una atraviesa sus pro­pios pro­ce­sos, pero luego me sobrevi­no el ahogo. No era sola­mente por la sal­i­da del país, la sep­a­ración de mi famil­ia, de la mil­i­tan­cia en Ecuador, la sep­a­ración de los sabores, de los olores, de los col­ores, de todo lo famil­iar, era tam­bién por el sen­timien­to de vacío sin la mil­i­tan­cia políti­ca. Mis hijos me decían: “No apren­des, deja eso, por eso estás así…” Pero había un vacío tremen­do. Com­prendí que hay cosas que no puedes dejar, porque son impre­scindibles, y poco a poco ger­miné otra vez, empecé a involu­crarme de nue­vo y pude equi­li­brar de mejor man­era mi vida. Esto me ha per­mi­ti­do el exilio mex­i­cano conc­re­ta­mente, a difer­en­cia quizá de la situación de exilio en otros país­es, porque Andrés Manuel López Obrador ha dicho con abso­lu­ta clar­i­dad que quién lle­ga a este país, inclu­so en cal­i­dad de exil­i­a­do, tiene toda la lib­er­tad de poder decir y de actu­ar, por esto planteó al Con­gre­so de la Unión que se derogue el artícu­lo 33, el que nos impi­de  a todos los extran­jeros par­tic­i­par en políti­ca. Cuán­do yo llegué a Méx­i­co, lo primero que me dijo el encar­ga­do de Can­cillería fue:” Te damos a cono­cer que el artícu­lo 33 pro­híbe hablar de políti­ca…”. y coin­cidió con que esa mis­ma noche encar­ce­laron injus­ta­mente a mi papá en Ecuador, ensegui­da me lla­maron ellos mis­mo a decirme: “Si tienes que dar declara­ciones, tienes que dar­las”. Para AMLO Méx­i­co es un país de lib­er­tades, por lo tan­to, por más que ten­gas condi­ción de exilio, ese artícu­lo ya es arcaico. Así he vivi­do estos tres años, mi sound­track cuan­do mane­jo por la CDMX va des­de Lhasa de Sela, su músi­ca tiene mucho exilio, mucho de la tris­teza propia de Vio­le­ta Par­ra, has­ta Karol G, soy fan de la Bicho­ta. Tam­bién me he ded­i­ca­do a la lec­tura de los libros de Gio­con­da Bel­li, de Milan Kun­dera, de Gabriel Gar­cía Márquez entre otros autores. Siem­pre me gustó can­tar, pero aho­ra tam­bién des­cubrí la escul­tura, que me rela­ja muchísi­mo. Así, entre dolores, due­los, reac­ti­vación, volver a sacud­irnos, reor­ga­ni­zar la vida. Méx­i­co es el lugar donde he podi­do hac­er todo eso, sen­tirme no tan lejos de casa, más cobijada.

En Méx­i­co hay exil­i­a­dos ecu­a­to­ri­anos, pero tam­bién hay exil­i­a­dos de El Sal­vador, en su momen­to hubo exil­i­a­dos de Bolivia. En estos últi­mos años, Méx­i­co se con­vir­tió nue­va­mente en un cen­tro del exilio, como lo fue en décadas pasadas. Aho­ra estoy escri­bi­en­do un libro, que espero sal­ga a medi­a­dos de este año, lo escri­bo des­de mi expe­ri­en­cia per­son­al, mis reflex­iones políti­cas, sobre los avatares de este segun­do ciclo pro­gre­sista. Jus­ta­mente he esta­do tra­ba­jan­do el capí­tu­lo sobre el exilio, hay que recon­cep­tu­alizar lo que sig­nifi­ca el exilio para los dere­chos humanos, lo que sig­nifi­ca Méx­i­co como un des­ti­no de acogida. 

Te acusaron de lla­mar a la insur­rec­ción pop­u­lar, al igual que a tan­tos líderes pop­u­lares de la his­to­ria lati­noamer­i­cana, durante un Paro nacional indí­ge­na en el que con­fluyeron amplios sec­tores de la sociedad. Un pro­ce­so de con­mo­ción social en un con­tex­to de may­or dete­ri­oro de la cal­i­dad de vida, de abu­so y de desin­sti­tu­cional­ización pau­lati­na del Esta­do por parte de la restau­ración plu­tocráti­ca en el Ecuador. ¿Pero insti­gar a la “insur­rec­ción” o a la protes­ta social cuan­do la situación ya no da más, es la tarea de un líder pop­u­lar, no es más bien un ras­go de coheren­cia y com­pro­miso, más que un val­or negativo?

Que la derecha te diga que eres una insti­gado­ra, bueno, gra­cias por la medal­li­ta (risas). Mi pro­ce­so judi­cial por insti­gación sigue abier­to, por más que pre­scribió, aunque el denun­ciante retiró su denun­cia, sin embar­go, la Fis­cal Gen­er­al de la Nación, Diana Salazar, lo mantiene abier­to, es como una ame­naza táci­ta, o sea, cuida­do vayas a hac­er algo, porque tu pro­ce­so sigue abier­to ¿no? Es una for­ma de man­ten­er­nos en el exilio en con­so­nan­cia con las cor­po­ra­ciones mediáti­cas, que tratan de con­ver­tir­lo en un estig­ma de descal­i­fi­cación sobre la vida del exil­i­a­do, obvi­a­mente esto tiene una con­duc­ción políti­ca de per­se­cu­ción den­tro de nue­stro país con el obje­ti­vo de  man­char, de incrim­i­nar a todos, des­de Rafael Cor­rea, has­ta el últi­mo de los involu­cra­dos en los pro­ce­sos judi­ciales; porque se el exilio es para los cor­rup­tos, supues­ta­mente; este es el rela­to for­ja­do de la judi­cial­ización de la políti­ca; les fun­cionó para man­ten­er a Lenin Moreno cua­tro años y les sirvió para que Guiller­mo Las­so gane con las jus­tas. Esta la retóri­ca de la persecución. 

Sin embar­go, la derecha no sale de su asom­bro, no entiende porque después de haber­nos gol­pea­do tan­to, la Rev­olu­ción Ciu­dadana ha tenido un pequeño tri­un­fo en las últi­mas elec­ciones sec­cionales, digo pequeño, porque si bien es una respon­s­abil­i­dad y un desafío gigan­tesco, el que nos pusieron sobre los hom­bros, hay que ir dan­do pequeños pasos para recu­per­ar la Patria, dadas las condi­ciones de destruc­ción del país al que nos han lle­va­do en estos últi­mos años. Después de haber masacra­do la ima­gen de Rafael Cor­rea, hoy sigue sien­do el actor políti­co más impor­tante del Ecuador, el que define el debate políti­co. Entonces, mien­tras este esce­nario hos­til ha sido aprovecha­do para la sobre­viven­cia de la derecha en el Esta­do, nosotros hemos con­trasta­do la retóri­ca ofi­cial del odio y el des­en­can­to con la esper­an­za, con la ver­dad, con la con­vic­ción políti­ca de que lo hici­mos, y lo que vamos a volver a hac­er, para recu­per­ar lo ya vivi­do y seguir ade­lante. La memo­ria gen­er­al­iza­da de que se puede estar mejor y encam­i­narnos hacia el Buen vivir, es la ven­ta­ja irrefutable que ten­emos, y el refle­jo de ello es la ver­dad que se expresó en las últi­mas elec­ciones seccionales. 

El exilio sirve para con­stru­ir una teoría del poder, para imag­i­nar un proyec­to de poder. ¿Cuál sería el sueño de ese proyec­to por venir?

Par­tien­do des­de una frase muy utópi­ca: del mun­do soña­do hacia el país posi­ble. Real­mente lo que ya diji­mos que teníamos que hac­er, volver al Buen Vivir, a la teoría de la Con­sti­tu­ción de Mon­te­cristi. Esto puede sonar muy insti­tu­cional, muy frío, pero no, haber plas­ma­do en el mar­co con­sti­tu­cional del Ecuador el Buen Vivir, fue un paso trascen­den­tal en la lóg­i­ca de la com­pren­sión del desar­rol­lo. No es un proyec­to desar­rol­lista, no es un proyec­to indus­tri­al­izador, es un proyec­to de con­viven­cia. Creo que el proyec­to posi­ble para el Ecuador, hoy más que nun­ca, debe ser un proyec­to de con­viven­cia, de dere­chos humanos, de pacto social. En la con­viven­cia tienes que hablar sí o sí de sober­anía, porque la con­viven­cia es el respeto, por lo tan­to, la injeren­cia norteam­er­i­cana, o de cualquier otro impe­rio en ascen­so, tiene que ser mane­ja­da con sober­anía. Creo que hay que reco­brar la con­viven­cia que te plantea el con­cep­to del Buen Vivir, ese es el proyec­to posi­ble. Ten­go muchas reflex­iones per­son­ales sobre esto, porque los dile­mas de la gob­er­nan­za impli­can debates y con­tradic­ciones. Es decir, todo lo quieres hac­er, frente a cuán­to es lo que real­mente puedes hac­er, ya en el ejer­ci­cio de una estruc­tura insti­tu­cional bur­gue­sa, lib­er­al, al fin y al cabo. Hay muchas con­tradic­ciones que todavía se deben sub­sa­nar. Álvaro Gar­cía Lin­era nos aler­ta sobre los dile­mas de la gob­er­nan­za, sus ten­siones al momen­to de plantear lo posi­ble, que no siem­pre va a ser lo ide­al. Pero si me pre­gun­tas cómo resumir­lo, es la con­viven­cia que te plantea el Buen Vivir, para mí ese es el proyec­to posible.

¿La pal­abra lati­noamer­i­can­is­mo, lo lati­noamer­i­cano, aho­ra des­de el exilio, se resig­nificó para ti? 

Total­mente. Imagí­nate, en pleno siglo XXI todavía hay exilio políti­co, esto nos plantea una nue­va lóg­i­ca de las dis­putas del poder. Lati­noaméri­ca entera se ha vis­to atrav­es­a­da por una nue­va dic­tadu­ra, la dic­tadu­ra judi­cial. Cuan­do doy clases acá en Méx­i­co, para sis­tem­ati­zar las últi­mas décadas de Lati­noaméri­ca, digo que se basan en tres dic­taduras:  la dic­tadu­ra mil­i­tar durante las décadas de los 70 y los 80, la dic­tadu­ra económi­ca de los 90, y la dic­tadu­ra judi­cial que ten­emos actual­mente. Toda dic­tadu­ra ha traí­do como con­tra­parte momen­tos de pro­fun­da conex­ión lati­noamer­i­can­ista, porque lo que enfrenta­mos no son proyec­tos ais­la­dos, estas dic­taduras son orques­tadas des­de los Esta­dos Unidos. Cuan­do tienes tres momen­tos dic­ta­to­ri­ales coman­da­dos des­de un solo polo, de este lado, los pueb­los ten­emos que unirnos, abrazar el lati­no amer­i­can­is­mo que se va for­t­ale­cien­do en base a estas nuevas con­struc­ciones sociales, en base a la memo­ria y la reivin­di­cación de sím­bo­los com­par­tidos. Si algo han queri­do hac­er las dic­taduras en estos tres momen­tos es la aniquilación de los sím­bo­los de eman­ci­pación de los pueb­los, de las orga­ni­za­ciones sociales, porque en ellos reside la memo­ria y la iden­ti­dad, ahí están, no sola­mente, los ros­tros de per­son­ajes emblemáti­cos de nues­tra his­to­ria, sino que habi­tan en la músi­ca, la poesía, la pin­tu­ra, la tradi­ción cul­tur­al. Son sím­bo­los de unidad, son sím­bo­los de con­vic­ción, son sím­bo­los de Lati­noaméri­ca. En Ecuador, estos pro­ce­sos de des­col­o­nización, de reconocimien­to y con­struc­ción de iden­ti­dades en la diver­si­dad tienen con­flu­en­cia lati­noamer­i­can­ista. Por ejem­p­lo, nues­tra músi­ca es tam­bién la músi­ca mex­i­cana, no hay fies­ta de 15 años, o un mat­ri­mo­nio en Ecuador, sin mari­achis. O el rock argenti­no, o la músi­ca folk­lóri­ca de Chile y Bolivia que en su momen­to fue tam­bién equipa­je de los exil­i­a­dos; los ecu­a­to­ri­anos esta­mos atrav­es­a­dos por un cúmu­lo de ras­gos cul­tur­ales de la región que nos enrique­cen. Manuela Sáenz decía que ella es de Lati­noaméri­ca, de la Patria grande, que pertenece a este gran ter­ri­to­rio. Creo que cada vez más para noso­tras y nosotros, quienes mili­ta­mos en el lati­no amer­i­can­is­mo, ese es nue­stro ter­ri­to­rio de defen­sa en común. Al final, cuan­do nos reuni­mos, hablam­os igual, hablam­os de lo mis­mo, de la mis­ma his­to­ria, de las mis­mas heri­das, del mis­mo pre­sente, de los mis­mos desafíos a futuro. 

El mapa y el territorio 

Hoy en día, Lati­noaméri­ca tiene un ene­mi­go tremen­do, la cartelización y la destruc­ción de los Esta­dos Nacionales. La necrop­olíti­ca ha lle­ga­do al Ecuador de una for­ma impac­tante y ver­tig­i­nosa; una políti­ca de muerte des­de el mis­mo Esta­do, del lla­ma­do Esta­do Pri­va­do Indi­rec­to, un fenó­meno que obvi­a­mente, no se pro­duce por gen­eración espon­tánea. ¿Cómo ves este fenómeno?

Además, esta necro políti­ca tiene un mis­mo ori­gen. Cuan­do ves la batal­la que está dan­do Andrés Manuel frente a Esta­dos Unidos, que, para vari­ar, nos dice: “Ah, es que ust­edes tienen que hac­er con­troles”. ¿Oigan, para dónde va el fen­tani­lo? ¿Quiénes lo están con­sum­ien­do? Cuan­do Gus­ta­vo Petro dijo ya bas­ta de su políti­ca anti dro­gas, porque nun­ca ha fun­ciona­do, sig­nifi­ca que esta es la nue­va dis­cusión con­ti­nen­tal, porque estos gob­ier­nos están con­frontan­do direc­ta­mente una políti­ca de muerte que es la prin­ci­pal her­ramien­ta de finan­ciamien­to de los Esta­dos Unidos: la dro­ga, el trá­fi­co de per­sonas, a través de grandes mafias instau­radas en las sociedades lati­noamer­i­canas, cuyo obje­ti­vo es el con­trol políti­co. Los Esta­dos Unidos nos con­ven­cen que van a erradicar las dro­gas, a las mafias, a las pandil­las, y que para ello cer­rarán las fron­teras; nos dicen que ellos son la solu­ción para todos los con­flic­tos, pero ellos mis­mos son los pro­mo­tores de la vio­len­cia en el sur, paradóji­ca­mente ellos son la enfer­medad. Este año, en IDEAL, vamos a pro­mover algunos foros a propósi­to de los 200 años de la vigen­cia de la Doc­t­ri­na Monroe.

La vigen­cia de la doc­t­ri­na Mon­roe en el con­ti­nente atraviesa tam­bién la políti­ca antidro­gas, la políti­ca de injeren­cia, la políti­ca mil­i­tarista. Me quedé absorta escuchan­do a una con­gre­sista de la mafia ter­ror­ista cubano amer­i­cana ame­nazar a la Argenti­na de una man­era tan pre­po­tente, por una posi­ble com­pra de aviones a Chi­na y por la insta­lación de una mis­ión satelital en la Patag­o­nia. Les dijo: “Si no me entien­den en inglés se los voy a decir en español. Esto es una ame­naza para los Esta­dos Unidos, están hacien­do un pacto con el dia­blo”. Es increíble que en pleno siglo XXI, la doc­t­ri­na Mon­roe ten­ga más vigen­cia que nun­ca. Es fun­da­men­tal que los pueb­los creen con­cien­cia de has­ta qué pun­to la políti­ca injerencista nos atraviesa, has­ta qué pun­to deter­mi­na inclu­so la vida cotid­i­ana de nue­stros pueb­los, a quien le con­viene la destruc­ción de los Esta­dos nacionales. Por ejem­p­lo, ¿por qué el gob­ier­no de Guiller­mo Las­so está lig­a­do a la Mafia albane­sa, provo­can­do todo este caos en Ecuador? ¿Por qué des­barataron el sis­tema carce­lario y la políti­ca de jus­ti­cia? ¿Por qué elim­i­naron los min­is­te­rios y des­man­te­laron sis­temáti­ca­mente las insti­tu­ciones del país? Para ellos es mejor que los pobres se mat­en entre sí, al final son pobres.

Esta degradación es provo­ca­da des­de una línea políti­ca de injeren­cia. Si durante el gob­ier­no de Lenin Moreno no hubiéramos tenido el con­flic­to en la fron­tera entre Ecuador y Colom­bia, seguiríamos sien­do sober­a­nos. Ese fue el con­flic­to que per­mi­tió que Esta­dos Unidos regrese “mesiani­ca­mente” al Ecuador. Este fue el con­flic­to que per­mi­tió que Esta­dos Unidos pon­ga una ofic­i­na de coop­eración mil­i­tar en el Pala­cio de Caron­delet, cuan­do eso está pro­hibido en la Con­sti­tu­ción. Esto ha per­mi­ti­do que las Islas Galá­pa­gos se con­vier­tan en “el por­taaviones nat­ur­al” de los vue­los mil­itares norteam­er­i­canos. Lo que esta­mos vivien­do hoy es parte de esa mis­ma políti­ca de injeren­cia bru­tal. Sal­vo Andrés Manuel, que tiene fron­tera con Esta­dos Unidos, o el cam­bio de la políti­ca antidro­gas que está plante­an­do Gus­ta­vo Petro, pocos man­datar­ios de la región se han atre­v­i­do a denun­ciar y prob­lema­ti­zar el tema.

A propósi­to de este tema, soy fan de Kate del Castil­lo, empecé a ver La Reina del Sur. Es bril­lante, es una serie muy políti­ca sobre cómo fun­ciona la injeren­cia de los Esta­dos Unidos en nue­stros país­es: las redes de espi­ona­je, la Escuela de las Améri­c­as, las Fuerzas Armadas, los gob­ier­nos, los sis­temas de inteligen­cia. La par­tic­i­pación de la DEA direc­ta­mente en cada uno de los país­es, abor­da el modus operan­di de cómo ponen y sacan presidentes. 

En Lati­noaméri­ca hay dos ejérci­tos de ocu­pación desplegán­dose. El nar­cotrá­fi­co y sus fuerzas de ocu­pación para­mil­i­tar, el otro, son las igle­sias evangéli­cas. Fun­cio­nan en tán­dem, uno ocu­pa el ter­ri­to­rio, los otros hacen con­trol de daños. ¿Cómo artic­u­lar una respues­ta políti­ca con­tra esta invasión?

La doc­t­ri­na Mon­roe instau­ró con mucha nat­u­ral­i­dad el hecho que los Esta­dos Unidos ten­gan con­trol mil­i­tar sobre nue­stros ter­ri­to­rios. Para mi este tema es de espe­cial interés. Hay un nue­vo doc­u­men­to del Pen­tá­gono, se lla­ma El mapa del Pen­tá­gono, donde se ve cómo ha cam­bi­a­do la relación de los cir­cuitos petroleros a los cir­cuitos min­erales den­tro del ter­ri­to­rio lati­noamer­i­cano. Es decir, hubieron unos cir­cuitos de explotación de mate­rias pri­mas que aho­ra han cam­bi­a­do de estrate­gia mil­i­tar. Resul­ta que, de las 800 bases mil­itares recono­ci­das for­mal­mente por Esta­dos Unidos en el mun­do, 550 están en nues­tra región. Entonces, si sólo en nues­tra región hay 550 bases mil­itares recono­ci­das por el Pen­tá­gono, sin con­tar las ofic­i­nas de coop­eración, los proyec­tos de pilota­je, la base exper­i­men­tal de Man­aos, inser­ta­da durante el gob­ier­no de Michel Temer, después del impeach­ment con­tra Dil­ma Roussef, que echó aba­jo la tradi­ción que Brasil man­tu­vo de pro­te­ger su ter­ri­to­rio sin bases mil­itares norteam­er­i­canas, se entiende mejor lo que le paso a Dil­ma, y el niv­el de injeren­cia de Esta­dos Unidos en la región. 

Mien­tras estábamos deba­tien­do sobre el blo­queo a Venezuela, en Guyana, un país poco vis­i­bi­liza­do en la retóri­ca del con­ti­nente, pese a ten­er fron­tera con Venezuela, se trip­licó la pres­en­cia mil­i­tar norteam­er­i­cana en ese país. ¿Qué pasó con las bases en Colom­bia? ¿Qué está pasan­do aho­ra mis­mo en Panamá, dónde hay un incre­men­to sus­tan­cial de mil­itares en su ter­ri­to­rio, un fenó­meno basa­do en este nue­vo anil­lo que mar­ca el Pen­tá­gono como estratégi­co en nues­tra región, jus­ta­mente por las fuentes de agua dulce y de las reser­vas de min­erales? Por eso hubo el golpe mil­i­tar con­tra Evo Morales en Bolivia en 2019; la lucha que aho­ra mis­mo va a enfrentar Méx­i­co por la nacional­ización del litio. Obvi­a­mente hay una lóg­i­ca de con­trol mil­i­tar sobre nue­stros ter­ri­to­rios y nue­stros recur­sos nat­u­rales, porque Esta­dos Unidos nece­si­ta man­ten­er su com­pet­i­tivi­dad geoe­conómi­ca. Esta­dos Unidos mantiene la prin­ci­pal deu­da exter­na con Chi­na, esta­ba pre­vis­to que para el 2030, Chi­na sea la may­or poten­cia mundi­al. Aho­ra, según datos y estadís­ti­cas de las proyec­ciones macro­económi­cas, en el 2025, Chi­na sería la primera economía del mundo.


Esta­dos Unidos no va a soltar el sur del con­ti­nente porque lo nece­si­ta para sobre­vivir. Entonces, no es casu­al, como dice Enrique Dus­sel, que se ha pasa­do inves­ti­gan­do los últi­mos 30 años el desar­rol­lo de la igle­sia evangéli­ca en nue­stro con­ti­nente, que este grupo esté lig­a­do jus­ta­mente a esta nue­va for­ma de hege­monía y dom­i­nación sobre Lati­noaméri­ca. Porque la Igle­sia evangéli­ca viene coman­da­da des­de los Esta­dos Unidos, por el poder que tiene sobre la políti­ca norteam­er­i­cana, que ya se evi­den­ció en la época de Bol­sonaro y Trump. Brasil es el país de may­or clar­i­dad sobre la injeren­cia de la Igle­sia evangéli­ca sobre el poder políti­co. Esto no es ajeno a  Ecuador. Yo soy una otavaleña naci­da en Quito, pude vivir en carne propia la incur­sión de la igle­sia evangéli­ca, pres­en­cié como han destru­i­do la cul­tura de las comu­nidades campesinas, rompi­en­do todas las cos­tum­bres y tradi­ciones de los pueb­los y las nacional­i­dades. La igle­sia evangéli­ca se pre­sen­ta como un paci­fi­cador social, un paci­fi­cador de la famil­ia; los alco­hóli­cos van supues­ta­mente a recu­per­arse en la igle­sia evangéli­ca. Como resul­ta­do, en las fies­tas de mat­ri­mo­nio, de bau­ti­zo, o de cohe­sión famil­iar, se ha cam­bi­a­do la chicha por el Tampi­co, por litros de jugo de fru­ta trans­géni­ca mega azu­cara­da.  En las comu­nidades más pobres de nue­stros ter­ri­to­rios, como no hay pres­en­cia del Esta­do, tienes a la igle­sia evangéli­ca, que se con­vierte en el espa­cio de con­jun­ción comu­ni­taria. Al leer el libro de Enrique Dus­sel, te das cuen­ta que hay un hilo con­duc­tor que viene instalán­dose en la región des­de hace 30 años, una nue­va matriz de dis­pu­ta de creen­cias, que destruye las tradi­ciones y los rit­uales de nue­stros pueb­los. En Quito, por ejem­p­lo, los migrantes de las provin­cias de la Sier­ra Cen­tro, se con­gre­gan en la igle­sia evangéli­ca. Pero esto tiene una injeren­cia ide­ológ­i­ca direc­ta, un efec­to de destruc­ción y ena­je­nación del pen­samien­to; cuan­do atas los cabos suel­tos, te das cuen­ta que es la nue­va empre­sa de la hege­monía impe­r­i­al para la región.

Creo que el proyec­to posi­ble para el Ecuador, hoy más que nun­ca, debe ser un proyec­to de con­viven­cia, de dere­chos humanos, de pacto social. En la con­viven­cia tienes que hablar sí o sí de sober­anía, porque la con­viven­cia es el respeto, por lo tan­to, la injeren­cia norteam­er­i­cana, o de cualquier otro impe­rio en ascen­so, tiene que ser mane­ja­da con sober­anía. Creo que hay que reco­brar la con­viven­cia que te plantea el con­cep­to del Buen Vivir, ese es el proyec­to posible.