Electro deja vu
Mientras me secaba, su mirada atravesó como un bisturí el roce de la toalla sobre mi pelo hasta paralizarme, ø estupefacto regresó su mirada sobre mí, nos miramos, la miramos.
Seguir leyendo →Mientras me secaba, su mirada atravesó como un bisturí el roce de la toalla sobre mi pelo hasta paralizarme, ø estupefacto regresó su mirada sobre mí, nos miramos, la miramos.
Seguir leyendo →Tanto plomo para desalojarlos, y estaba vacía, con los muros pintarrajeados, con caras llenas de tumores de toda la plana mayor, usted incluida; su retrato tenía barros y esquirlas, estaban sacándole fotos cuando la bomba explotó.
—Detrás de una loca siempre hay un imbécil— dijo Carolina —. Creemos que fue él quien se la llevó antes de que llegáramos
Seguir leyendo →Bajamos por los recovecos de las calles angostas repletas de fantasmas desterrados del metaverso bancario.
Seguir leyendo →Al filo del acantilado, tres rostros lamidos por el frío arremolinado del páramo, surcaban un enorme algodón de agua.
Seguir leyendo →― Soy mi propio obstáculo.
— El algoritmo te tiene agarrado de los huevos.
— Vos igual.
— No puedes vender ni administrar nada.
Seguir leyendo →Enamorada de tus síntomas asedias al dispositivo. En la madrugada escarbas en tu culpa o en el hastío a la cansada, como quien sacude una alcancía para ver que cae.
Seguir leyendo →- Entrevista a Nicolás Mavrakis -
“Para Dugin esto tiene sentido en su lectura del peronismo como indicador de una gran identidad latinoamericana, y ahí surge el paralelismo entre lo que Vladimir Putin intenta hacer desde Rusia a partir de lo que Dugin llama “euroasianismo”, que es un nombre distinto para referirse a lo que antes fue la extensión territorial de la Unión Soviética. Han, con la misma esencia heideggeriana, dice que no, que esa pregunta por la esencia de la política está más olvidada que nunca.”
Seguir leyendo →— Por eso no te dura ningún novio. Te va a tocar largarte — le dijo Carolina —. ¿Tienes ahorros? Puedes ser mesera y estudiar de noche, cambiar de acento y dar clases de yoga, para escort te va a tocar quitarte precio, aunque ganarías más. Si tienes buen estómago podrías encontrar a alguien de setenta para arriba, que no le importe lo hecha mierda que estás.
Seguir leyendo →— ¡Despejar la variable antes del amanecer, señor corchete! — fue lo que escuchó antes de quedar en blanco.
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