— Entrevista con Ben Norton —
“Si fuera necesario dar una definición lo más breve posible del imperialismo, debería decirse que el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo”.
Vladímir Ilitch Lennin
Una de las taras que nos dejó la década de los noventa fue la pretensión de que el imperialismo desapareció. Con la caída del socialismo real de la ex Unión Soviética, inmediatamente se instauró el relato posmoderno en el cual se esfumó el fenómeno de la dominación y las asimetrías entre las diferentes formaciones económico sociales. El capital mundial se presentaba como homogéneo para todos, la guerra había desaparecido bajo el cobijo de un solo imperio mundial, donde no habían, supuestamente, más contradicciones ni revoluciones que librar. Por arte de magia se omitieron del discurso las nociones de concentración y de centralización de los capitales, tanto para el Estado Nación como para el sistema mundial. Solo nos quedaba la libertad perfectible en el espíritu universal hegeliano, el fin de la historia nos abrazaba en un algodón de azúcar demócrata-posmoderno.
Sin embargo, ni algodón ni azúcar: paso el tiempo y aquella simetría edulcorante se fue diluyendo. Seguimos subsumidos bajo un orden mundial de centros cosmopolitas de concentración de la riqueza, periferias, semi-periferias. Proliferaron las ONG y sus multi causas nobles, de la mano del neoliberalismo en un sistema capitalista mundial en el cual las brechas entre norte y sur se han ido agrandando. Su “plus 2.0” es la integridad ecológica del planeta condenada a una muerte productiva y la humanidad zambullida bajo regímenes de vigilancia y control masivo cada vez mas sofisticados.
La OTAN sigue bombardeando países enteros y hay rebeliones en los pueblos. Lo único que goza de buena salud es la expansión de un sistema capitalista mundial transnacional, oligopólico y asimétrico por naturaleza, un orden voraz orquestado por las corporaciones transnacionales en permanente conquista y dominación hegemónica hacia cada rincón del planeta. Concentran la riqueza, reparten la desigualdad hacía todas las zonas planetarias excluidas de los centros de acumulación.
Es de vieja data y sobresaliente vigencia el análisis sobre el colonialismo y posteriormente el imperialismo como fase superior del capitalismo. Ya Nicolai Bujarin, hace mas de un siglo, en su ensayo La economía mundial y el imperialismo, aborda por primera vez los conceptos de división internacional del trabajo y economía mundial, para poder desentrañar las leyes que operaban en el capitalismo de finales del siglo XIX, en tanto éste se constituía en el sistema imperante en el mundo. Bujarin estudió la interrelación de los procesos productivos; ya entonces observaba las implicaciones en el intercambio comercial entre países productores de materias primas y países productores de manufacturas. Aspectos como la técnica, la extracción de recursos, la movilidad humana, daban cuenta de la expansión de las fuerzas productivas de la economía mundial.
Paralelamente y desde el exilio, Lennin escribe El imperialismo, fase superior del capitalismo, en el cual incorpora elementos de Hobson, que planteaba la relación entre el imperialismo con la exportación de capital; y de Hilferding, quien escribió: “El análisis marxista fundamental de la transformación de un capitalismo liberal pluralista y competitivo en un capitalismo financiero monopolista”. Lennin da a estos elementos no solo una dimensión teórica sino también política, al distinguir que el imperialismo detenta los intereses de una oligarquía financiera que se beneficia de políticas expansionistas en contra de la mayoría de la sociedad. Por su parte, para Rosa Luxemburgo la expansión imperialista es inherente y no una novedad en el desarrollo del capitalismo.
Muchos autores marxistas y neomarxistas de la década del los sesentas y más contemporáneos desarrollan y complementan las nociones clásicas sobre el fenómeno del imperialismo, como James Petras, o perspectivas de abordaje desde el sur como la Teoría de la Dependencia, con autores fundamentales como Ruy Mauro Marini o Theotônio dos Santos.
Sin embargo, hay dos elementos que aporta Lennin que están mas vigentes que nunca en este chapoteo del siglo XXI: El primero, relativo al surgimiento de lo que el llama la aristocracia obrera como base social del reformismo, sustentada en el reparto de una parte de los beneficios obtenidos a través del imperialismo; quién sabe y estos son los tecnócratas reformistas del siglo XXI, que buscan cambiar la sociedad sin cambiar las instituciones. El segundo elemento alude justamente a un debate en torno a las contradicciones, no solo entre países imperialistas y países dominados, sino entre las potencias imperialistas por la hegemonía global. Mientras el reformismo negaba dichas contradicciones y creía en la posibilidad de una especie de acuerdo mágico entre potencias para repartirse la extracción de recursos, Lennin y Luxemburgo veían inevitable el enfrentamiento violento entre países por el control de los mercados. Esta tesis fue comprobada no solo por la Primera Guerra Mundial , sino que seguimos comprobándola con una guerra tras otra de toda modalidad hasta la fecha.
Matriota conversó con Ben Norton, editor asistente de The Grayzone, productor del podcast Moderate Rebels, escritor, músico y cineasta, sobre el inefable imperialismo norteamericano, insigne encarnación de los dos últimos siglos de capitalismo democrático.
Matriota: ¿Cuál es el origen de la rusofobia entre los liberales norteamericanos?
Ben Norton: El origen de la rusofobia en Estados Unidos viene de la Guerra Fría, una guerra capitalista e imperialista contra el socialismo alrededor del mundo. Aunque hubo otros experimentos socialistas antes, como la Comuna de París, la Revolución rusa fue la primera revolución socialista, los bolcheviques lograron sobrevivir después de una guerra civil, la injerencia de 22 países imperialistas y una invasión. Entonces la Unión Soviética era una amenaza, entrecomillas, para todos los países capitalistas del mundo, no a sus pueblos, sino a sus gobiernos, en particular a las clases dominantes. Pero hoy en día la situación es un poco diferente. Rusia no es la Unión Soviética. La Federación Rusa tiene un gobierno capitalista, pero yo diría que no es exactamente neoliberal, como el modelo de América del Norte. Aunque es una economía capitalista, todavía hay partes de la infraestructura de la Unión Soviética que aún existen; el papel del Estado ruso en la economía es más grande que en otras economías neoliberales. Esta es una de las razones del conflicto entre Rusia y Estados Unidos, estos países tienen un Estado profundo. Rusia tiene su Estado profundo, Estados Unidos también. De hecho, el Estado profundo de Estados Unidos es uno de los más poderosos del mundo. Pero en Rusia el Estado profundo no permite que el capital estadounidense controle a la economía rusa, el petróleo, la agricultura, y otros sectores estratégicos de la economía nacional. Entonces siempre habrá un conflicto entre Estados Unidos y otro país, si ese país no permite al capital entrar sin obstáculos. Pero hay mucho oportunismo de los liberales norteamericanos. Los republicanos le echan la culpa por todo a China. Dicen que Joe Biden tenía el apoyo de China, que Hunter Biden, su hijo, es controlado por los chinos. Todo esto es ridículo. Los demócratas hacen lo mismo, pero con Rusia. Tenemos que ver la postura de la administración Trump, los liberales sostienen que la administración Trump era pro Rusia, esto es ridículo. De hecho, la administración Trump le hizo más daño a Rusia que la administración de Obama. La administración de Obama hizo mucho daño, pero con Trump hubo más sanciones, Estados Unidos se salió de varios acuerdos de paz, como los acuerdos nucleares con Rusia. Trump mandó armas a Ucrania, algo a lo que Obama no se atrevió. Entonces, la idea de que Trump era un títere de Putin es ridícula. Pero los demócratas la sostienen porque no pueden aceptar que perdieron la elección presidencial de 2016. Las encuestas previas a las elecciones de noviembre de 2016 decían que Trump era el candidato menos popular en la historia moderna en Estados Unidos. Hillary Clinton le seguía como la segunda candidata menos popular. El Partido Demócrata no quería admitir que Clinton era una candidata espantosa, mucha gente en Estados Unidos estaba en contra de ella, los Clinton le han hecho mucho daño a la clase trabajadora de Estados Unidos con New Democrats, es decir, la facción que volvió neoliberal al Partido Demócrata. Siempre ha sido un partido imperialista, pero con Bill Clinton se convirtió en un partido imperial neo neoliberal. Pero hay otra razón para echarle la culpa a Rusia por la victoria de Trump: el Partido Demócrata es un partido vinculado con los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Este es un factor muy importante para entender qué está pasando no sólo en el Partido Demócrata, sino en la política en general en Estados Unidos. La CIA ha controlado la política no sólo de varios países alrededor del mundo por varias décadas, sino a la política interna de Estados Unidos. La CIA está involucrada en el asesinato de varios líderes sociales y políticos de Estados Unidos, como Martin Luther King, Malcom X, o el propio presidente John F. Kennedy. Hace 50 años, la CIA y el FBI mataron a Fred Hampton, el dirigente comunista y afrodescendiente del Partido Revolucionario Las Panteras Negras. Los ataques del 11 de septiembre de 2001 cambiaron la política permanente de Estados Unidos. Pero desde la última década, con la administración Obama y en particular durante la administración Trump, antes que llamarlo Estado profundo, prefiero denominarlo Estado de la seguridad nacional. Es una denominación más específica porque engloba al Pentágono, el complejo militar industrial (que incluye a Silicon Valley), la CIA, el FBI, las grandes empresas, Wall Street. El poder de Estados Unidos está ahí, en el Estado de la seguridad nacional, por eso, cuando llega un gobierno demócrata o republicano, las políticas no cambian mucho. Los intereses de la clase capitalista, la clase dominante, no cambian, o cambian muy lentamente. Hemos visto que en la última década tanto la CIA como el FBI están abiertamente involucrados en el Partido Demócrata. Por ejemplo, durante la administración Trump, funcionarios de la CIA, el FBI, ex funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, que fue creado después de los ataques del 11 de septiembre, ex funcionarios del Pentágono, son los expertos que desfilan cada día por los estudios de MSNBC, reconociendo abiertamente su filiación demócrata. Esta es una cadena televisiva vinculada directamente con el Partido Demócrata, su órgano no oficial de propaganda. CNN también se asocia mucho con el Partido Demócrata, pero es más independiente. Cuando era niño, la CIA siempre hablaba de la importancia de no estar politizada para no ser asociada con un partido específico. Ahora hay muchos agentes de la CIA que trabajan abiertamente con el Partido Demócrata, por ejemplo, John Brennan, el ex agente de la CIA, estaba vinculado con la campaña de Clinton en contra de Trump.
No estoy diciendo que Trump sea la resistencia al Estado de la seguridad nacional. Cuando su gobierno empezó, nombró como Secretario de Estado, es decir, su canciller, a Mike Pompeo, que antes fue el director de la CIA. Durante la administración Trump, la CIA y el Departamento de Estado se mezclaron. Pero nunca nadie fue un ex director de la CIA solamente. Si tú eres parte de la CIA, lo eres durante toda tu vida. Solo hay diez personas en la historia, que han sido Wistleblowers, que han desertado; pero los agentes de la CIA lo son hasta su muerte. Entonces, cuando Mike Pompeo dirigió el Departamento de Estado, trajo a varios ex funcionarios de la CIA. Por otra parte, no estoy diciendo que la CIA solo se identifica con el Partido Demócrata, Mike Pompeo es miembro del Partido republicano. Pero lo que hoy estamos viendo es que la CIA ya no esconde lo que está haciendo. La meta de la CIA es balcanizar a Rusia, romper a la Federación Rusa para que no vuelva a ser un gran poder en la política mundial. Hemos visto las guerras con Chechenia, con secesionistas independentistas, con yihadistas apoyados por Estados Unidos y la OTAN. El conflicto violento entre Ucrania y Rusia. En 2014 en Ucrania hubo un golpe de Estado apoyado y planeado por Estados Unidos. Rusia sigue como el enemigo número uno ahora, hoy en día está cambiando un poco, ahora China es el otro enemigo. En el Congreso de Estados Unidos cada dos años hay una elección legislativa. En las dos elecciones pasadas hubo muchos candidatos del Partido Demócrata que eran ex funcionarios de la CIA, del FBI y del Pentágono. Esto explica la postura de Estados Unidos contra Rusia. Los dos partidos son muy belicosos, hay halcones en cada bando, como Bill Kristol, uno de los padres del movimiento neoconservador y uno de los líderes de la guerra contra Irak, hoy se identifica con el Partido Demócrata. El neoconservadurismo es la política mainstream del Partido Demócrata.
Nos podrías trazar una descripción de la izquierda norteamericana actual. ¿Cuáles son sus luchas, quiénes son, a dónde van, cuál es su estrategia, a qué se enfrenta su proyecto político? ¿Hay vínculos con América Latina?
¿Izquierda en Estados Unidos? Hay una contradicción: la izquierda en Estados Unidos es muy pequeña, pero cada vez más visible. Pero no diría que es una izquierda real. Ok, te explico. Tenemos que hablar del significado de la izquierda, porque hay mucha gente en Estados Unidos, en particular los jóvenes, los periodistas, actores, famosos, influencers, que se identifican con la izquierda, dicen que son progresistas, izquierdistas, incluso dicen ser socialistas. Muchos se declaran como socialistas democráticos o socialistas demócratas, los dicen para señalar que son anticomunistas, que no son antiimperialistas; su modelo político son los países nórdicos miembros de la OTAN, pertenecientes al imperialismo. En la cultura popular de Estados Unidos la gran mayoría de los creadores, los artistas, los actores, los músicos, se identifican con la izquierda. Pero no es una izquierda con poder, como casi todo en Estados Unidos, es una izquierda sólo de marketing. Tiene mucho poder en la cultura, incluso en los medios, pero nunca tratan de cambiar, ni de resistir a las políticas bipartidistas del Estado de la Seguridad Nacional. En Estados Unidos la mayoría de los ciudadanos están en contra de la guerra en Yemen, en contra de la guerra en Irak, en contra de la guerra en Afganistán. Y las guerras no terminan hasta que el Pentágono lo permita. Ahora estamos viendo que quizás la guerra en Afganistán va a cambiar de forma, después de 20 años no va a terminar. Biden va a privatizar la guerra en Afganistán, hay más de 18 mil contratistas, es decir, sicarios, mercenarios que trabajan con el Pentágono, que van a quedarse en Afganistán, mientras solo 2500 soldados van a salir. Entonces, en cuanto a cambiar la política, la izquierda no existe. Es por eso que hablo de la falsa izquierda, con una hegemonía cultural, pero que nunca habla del imperialismo.
Alexandria Ocasio-Cortez, la diputada más famosa de Estados Unidos, se identifica como socialista demócrata, tiene mucha influencia en las redes sociales y en los medios. Pero la verdad es que no ha cambiado casi nada de las políticas, sólo el discurso. En Estados Unidos siempre se habla del discurso, dicen, vamos a cambiar el discurso, nunca vamos a cambiar la política. Ocasio-Cortes habla de temas progresistas, pero estaba a favor del intento de golpe en Venezuela. De hecho, mi colega Max Blumenthal le preguntó al inicio del intento de golpe de Juan Guaidó: ¿Cuál es su política? No respondió. Un par de semanas después le contestó a otro periodista que su posición en cuanto a Venezuela es la posición del Partido Demócrata. No ha hecho nada ante la guerra de carácter no convencional contra Irán, ni en la guerra contra Yemen. The Squad, el grupo de diputados progresistas, tienen mucha apertura en los medios y mucha influencia en las redes sociales, pero no han cambiado nada, es parte del marketing.
En Latinoamérica es igual, la falsa izquierda suele estar a favor del imperialismo. Cuando hablan de Venezuela dicen que es una dictadura, de Nicaragua también dicen que es una dictadura. Pero si hablan de Puerto Rico, dicen que debe ser otro estado de los Estados Unidos, no un país independiente. Esto es el triunfo de un proceso que ha existido durante décadas: la construcción de una falsa izquierda con el apoyo de los servicios de la inteligencia. En Estados Unidos hay muchas organizaciones no gubernamentales y grandes fundaciones que tienen miles y miles de millones de dólares, tienen mucho poder e influencia en la política interna de Estados Unidos y en su política exterior para Latinoamérica, África, y Asia, apoyando a grupos de oposición contra la izquierda, los socialistas y los anti imperialistas. Es exactamente lo que hacen dentro de Estados Unidos. Se trata de un proceso de contrainsurgencia, por ejemplo, la Fundación Ford tiene una historia muy larga de vínculos con la CIA, con el Estado de la Seguridad Nacional, es financiada por multimillonarios. La Fundación Ford se identifica como una organización progresista de izquierda, financia a muchos movimientos sociales progresistas en Estados Unidos, declaradamente anti comunistas, pro imperialistas. También la Fundación Rockefeller, otra fundación con miles de millones de dólares, financia a muchos grupos progresistas de Estados Unidos con perfiles similares. Tal es el caso las fundaciones de Open Society, del millonario George Soros, del cual no está permitido decir su nombre en Estados Unidos, la izquierda dice que nombrarlo es racista, es ser anti semita. En Estados Unidos siempre se habla de la sociedad civil. Tenemos que apoyar a la sociedad civil en Venezuela, en Irán, en Siria, en Nicaragua, en Cuba, porque esos grupos son sus títeres financiados por organizaciones como la National Endowment for Democracy (NED), que es parte de la CIA; o por la United States Agency for International Developpement (USAID), que también es parte de la CIA. En el extranjero, esos brazos de Estados Unidos financian a grupos de la falsa izquierda, como Pachakutik en Ecuador. Por eso Evo Morales expulsó a USAID de Bolivia.
¿Qué estrategias tiene el poder imperial norteamericano para que el mundo no se vuelva multipolar? ¿Qué armas comerciales, militares y políticas está empleando contra China y contra Rusia?
Hay muchas investigaciones sobre la llamada guerra no convencional o la guerra híbrida. Estados Unidos tiene una guerra híbrida contra Venezuela desde el golpe de estado contra Hugo Chávez, en 2002, similar a la que sostiene contra China y Rusia. ¿Qué significa una guerra no convencional o híbrida? Significa que hay paramilitares atacando a las tropas venezolanas en la frontera con Colombia. En Rusia, la guerra proxy en Ucrania, los ataques en Donetsk, los paramilitares fascistas del Batallón Azov en la región de Donbás, apoyados por Estados Unidos. Hay fotos de funcionarios del Ejército norteamericano entrenando a miembros de este grupo nazi en Ucrania.
Además de la guerra convencional, está la guerra económica, con sanciones. Estados Unidos tiene sanciones contra un tercio de la población mundial, esta es una parte muy importante de la guerra híbrida. Contra Venezuela hay un bloqueo naval, hay barcos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que están obstruyendo la frontera de Venezuela. La variedad de sanciones contra las empresas estatales de Rusia es muy amplia. Además del bloqueo, después de la contrarrevolución en la URSS, vinieron las revoluciones de color para derrocar a los gobiernos aliados de la Federación Rusa. Estados Unidos instaló gobiernos títeres neoliberales, que ahora son miembros de la OTAN, como en Lituania.
Para amenazar a China están construyendo misiles y los están instalando en sus bases militares en Corea del Sur. Hay casi 30 mil soldados norteamericanos ocupando Corea del Sur. También tienen tropas en Japón y en otras partes del este de Asia. Realizan ejercicios militares con Taiwán. El intento de golpe en Hong Kong es parte de una estrategia de balcanización. Desde hace 20 años, Estados Unidos ha apoyado a los grupos separatistas uigures que viven en la zona de Sinkiang, en el oeste de China. Estados Unidos sostiene que China está cometiendo un genocidio. Esa otra mentira, como la de los bebés en incubadoras en Kuwait a los que supuestamente los soldados iraquíes estaban matando. O como la ridiculez de las armas de destrucción masiva en Irak. Por décadas la CIA ha apoyado a los grupos independentistas en Tíbet, otra zona de China favorita para la guerra de propaganda. Sin ninguna evidencia, dicen que Nicolás Maduro es narcotraficante, que Venezuela y Nicaragua son narcoestados. Una mentira increíble, ya sabemos que Iván Duque y casi todos los presidentes de Colombia son narcotraficantes. Así protegen al gran títere de Estados Unidos, el político más poderoso en Colombia, Álvaro Uribe, el narcotraficante y genocida más peligroso de la región.
Hay otra forma de la guerra híbrida, la guerra cibernética. Cada vez hay más ataques por parte de hackers. En Nicaragua hubo varios ataques cibernéticos contra instituciones estatales, contra los medios, por hackers que se identifican como Anonymous. Los ataques cibernéticos contra la infraestructura de Venezuela, contra la luz, contra el agua, se originaron en Estados Unidos. Por cierto, el gobierno de Estados Unidos admitió su autoría en los ataques cibernéticos contra los sistemas de energía de Rusia, Irán y Venezuela. Es decir, un ataque cibernético contra el sistema de energía es un ataque contra toda la población civil de Irán, de Venezuela, de China, no solo contra el gobierno.
Si hay alguien que ha sufrido el lawfare, ha sido Julian Assange. Calumnia, persecución mediática y judicial. ¿Los medios de comunicación norteamericanos se ensañaron en su contra por que los mostró como la retaguardia de las invasiones a Irak y Afganistán? Si logran extraditar a Assange, ¿cuál sería el escenario para el periodismo en la región?
Otra forma de la guerra híbrida hoy es la guerra legal. Es horrible, realmente espantoso lo que le están haciendo a Julian Assange. El relator especial para la tortura de la ONU, Nils Melzer, ha dejado en claro que Assange está siendo torturado por cuatro gobiernos: Inglaterra, Estados Unidos, Ecuador y Suecia. Assange está en una cárcel de máxima seguridad en Londres sin ninguna sentencia. Estados Unidos está tratando de extraditar a un extranjero que no hizo ninguna publicación dentro de su territorio, nos están diciendo que pueden extraditar y encarcelar a cualquier extranjero, que cualquier persona del mundo está sujeta a sus leyes de seguridad nacional. Es increíble. La CIA espió a Julian Assange todos los días, las 24 horas, mientras vivió en la Embajada de Ecuador en Londres, con la anuencia del gobierno de Lenin Moreno. Lamentablemente, esto no es un escándalo en Ecuador. Fue el régimen de Moreno el que permitió a las tropas británicas entrar a la embajada en Londres, tierra soberana de Ecuador, para capturar a un ciudadano ecuatoriano. Esto es ilegal, viola la ley internacional. Estamos hablando de una traición sin precedentes en la historia moderna, Estados Unidos quiere encarcelar a Assange de por vida con cargos ridículos, está diciendo que Assange no es un periodista, sino un hacker. Es absurdo. No hay evidencia. Todo lo que tienen para mostrar es fraudulento: la CIA, con el permiso de la administración de Moreno, trabajó con la empresa española Undercover Global, fundada por un ex miembro de las Fuerzas Armadas de España, David Morales, quien actualmente está detenido por espionaje y extorsión. Durante su juicio de extradición, Julian Assange asistió a las audiencias en una jaula de vidrio, no podía hablar ni con sus propios abogados. Del otro lado, los abogados de Estados Unidos decían tener pruebas de su colaboración con el gobierno ruso, que manchó las paredes de la embajada con su propia caca, esas son las calumnias de la diplomacia británica provenientes de la CIA, de UC Global, de los servicios de inteligencia de Ecuador, de la prensa ecuatoriana y sus portales financiados por la NED, repitiendo las difamaciones de la prensa británica. Si Assange es extraditado en noviembre, será juzgado en Alexandria, Virginia, donde nunca tendrá un juicio justo, sino un Show trial. Pues allí se encuentra la mayor concentración de funcionarios del Pentágono, las Fuerzas Armadas, de los servicios de inteligencia, del Departamento de Estado. Un Show trial es marketing para el Estado de seguridad nacional.
En la región, tanto académicos y periodistas niegan al imperialismo del que están a sueldo. Del otro lado, el poder popular sigue disgregado por el espejismo electoral ¿Cómo recomponerse al producir información?
En The Grayzone tratamos de producir investigaciones que muestren la verdadera cara del imperialismo. Pero es muy difícil, no hay muchas fuentes de información, cuando hablamos de imperialismo, nos referimos a operaciones ocultas que terminan en los intentos de golpe o en golpes de Estado. Sobre el golpe en Bolivia en 2019 casi todo sigue oculto. Hoy, en 2021, todavía hay mucha información sobre el golpe de estado contra Salvador Allende en 1973 que no sabemos, al igual que sobre el golpe de estado contra Jacobo Árbenz en Guatemala, en 1954. Aún no sabemos todo. Siempre hay que tratar de buscar, pero en Latinoamérica no hay mucho periodismo de investigación, pero tienes excepciones como Misión Verdad. Para nosotros es muy útil leer los documentos del Departamento de Estado, del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Eso es lo que hizo un periodista legendario como I. F. Stone, un verdadero antiimperialista. Su método consistía en leer todos los documentos que nadie lee, todos los informes del Pentágono, del Departamento de Estado. Hay muchos funcionarios cuyo trabajo es hacer informes, nadie los lee, la mayoría son solo marketing, no hay mucha información útil, pero a veces si la hay. Michael Parenti afirma que Estados Unidos y sus títeres, los gobiernos de derecha en Latinoamérica, están cometiendo tantos crímenes y no pueden ocultarlo todo, a veces admiten algunas cosas en sus propios informes.
El sistema capitalista se encuentra en transición hacia un mundo multipolar y la consecuente caída del modelo bancario financista conocido como Globalización. El clivaje Globalismo versus Nacionalismo en el seno del sistema expresa dicha contradicción: ¿Cómo se expresa este choque de modelos en América Latina, qué diferencias encuentras con Estados Unidos, si las hubiere?
Prefiero usar la palabra imperialismo y no el término de globalismo. La derecha en Europa ha explotado el término de globalismo, hay imperialistas que dicen estar en contra del globalismo, pero están a favor del imperialismo. La contradicción entre nacionalismo e imperialismo persiste alrededor del mundo, en particular en Latinoamérica. Durante 200 años Estados Unidos ha tenido a Latinoamérica como su territorio colonial, su backyard. Por ello la mayoría de los líderes de los movimientos izquierdistas de Latinoamérica son nacionalistas, porque entienden que esa es la alternativa frente al imperialismo yanqui. La gran mayoría de la derecha en Latinoamérica es vendepatria, imperialista y globalista. Trabajan abiertamente para las embajadas norteamericanas. De hecho, como socialista, creo que, si se aúnan el marxismo con el nacionalismo se completa el arsenal, no se puede entender la historia sin el marxismo. Tenemos que admitir que la gran mayoría de los movimientos socialistas exitosos han sido nacionalistas de izquierda. Pero también existe un nacionalismo reaccionario de derecha que es horroroso.
Las verdaderas revoluciones han sido nacionalistas. Parto de esta contradicción productiva: en mi opinión en Estados Unidos no podría haber un nacionalismo de izquierda porque es un imperio. Sólo puede haber un nacionalismo progresista en los países que no son imperios, en los países que son víctimas del imperialismo. En cuanto al mundo multipolar, Rusia ha sido víctima del imperialismo, pero su nacionalismo oficial es reaccionario, conservador. Pero hay otras formas de nacionalismo en Rusia que son progresistas. Tal vez por esto tiene sentido que se haya impuesto el ala nacionalista conservadora: después de la contrarrevolución contra la URSS hubo un intento de colonización por parte de Estados Unidos y la OTAN contra sus ex repúblicas, Georgia, Lituania y Ucrania hoy son colonias de la OTAN, de Estados Unidos y la Unión Europea. Después del Euromaidán en 2014 en Ucrania, liderado por la extrema derecha, Victoria Nuland, actualmente la tercera a bordo del Departamento de Estado, fue quien escogió en ese entonces a los funcionarios del gobierno de Ucrania después del golpe.
Además, hay un nacionalismo progresista y antiimperialista en China. Tiene sentido, es un arma contra el imperialismo. Este proyecto de crear un mundo multipolar encuentra sustento en las instituciones de los países no alineados. Recordemos la primera guerra fría hoy que estamos atravesando por la segunda guerra fría. El modelo de los países no alineados sigue vigente, tanto Sukarno en Indonesia como Nasser en Egipto entendieron que se puede combinar el internacionalismo, el antiimperialismo y el nacionalismo. Los liberales de Estados Unidos y Europa están tratando de construir la idea de que ser internacionalista es ser imperialista, es ser neoliberal. Eso es ridículo. El globalismo es imperialismo, debemos defender otra forma del globalismo progresista antiimperialista, se llama el internacionalismo proletario. Actualmente Venezuela, Irán, Rusia y China están tratando de construir algo muy parecido.
El periodismo independiente es una herramienta poderosa para enfrentar, en desigualdad de condiciones, el embate avasallador de las grandes cadenas informativas y su relato hegemónico, obsecuente con los intereses corporativos en América Latina. Sin embargo, los discursos de resistencia en los proyectos del llamado “Socialismo del siglo XXI” han sido, sobre todo, desde el Estado y muchas veces desde el lenguaje tecnocrático gubernamental, o bien desde las líneas discursivas del activismo en redes: ¿Se podría enfrentar esta batalla de sentido desde otros lenguajes, como el arte en América Latina?
También soy músico. Mira, creo que el arte tiene mucho poder cultural. Pero no quiero ser romántico. No creo que el arte pueda cambiar el mundo, aunque me gustaría creerlo posible. La verdad es que no creo que el arte, sin la acción política, pueda cambiar el mundo. Pero el arte es un arma muy poderosa, tiene un papel muy importante en la lucha política. En los verdaderos procesos revolucionarios el arte ha sido fundamental. Por ejemplo, en la URSS, los soviéticos entendieron que el cine era un arma muy útil, de hecho, fueron ellos quienes desarrollaron el cine, no los norteamericanos. Antes todo el mundo hablaba de Hollywood, hoy de Netflix, pero la mayoría de sus películas y series son una mierda. Allí ya no vas a encontrar a un artista como Sergei Eisenstein. Además, en Cuba, Y esto no es muy conocido, con la Revolución apareció el Tercer cine, un movimiento de cine revolucionario. El arte puede jugar un papel muy importante al vincularse con un movimiento político revolucionario. En Estados Unidos persiste la idea liberal, muy romántica, que la política no hace nada, que no podemos cambiar el mundo con la política, eso es parte del daño que hizo Obama: prometió cambio y esperanza, solo trajo más guerra y ciber vigilancia. Nos dejó esta ridiculez: en la política ya no hay esperanza, sólo en el arte podemos cambiar el mundo. Eso es idealismo burgués. No se puede cambiar las condiciones materiales de la sociedad con el arte, para lograrlo está el proceso revolucionario, el movimiento obrero, el movimiento revolucionario. El arte es clave para crear conocimiento.
Normalmente vemos a Estados Unidos como el Imperio del norte, y lo es, y al sur a América Latina, sin embargo, en USA hay una enorme población latinoamericana que resiste, se organiza y está invisibilizada por los medios hegemónicos ¿Cómo ves a esa América Latina introyectada en Estados Unidos? ¿Podemos entenderla como una parte constitutiva al resto de América Latina, o no?
Para derrocar el imperialismo norteamericano, Estados Unidos tiene que ser absorbido por la Patria grande. Soy norteamericano, lamentablemente el gobierno del país en que nací es el peor del mundo, no me representa, no nos representa. Pero creo que todavía hay una similitud entre la cultura norteamericana, las culturas de Sudamérica y Centroamérica. Creo que Estados Unidos tiene que ser más pequeño, apoyo a los movimientos independentistas en su interior, es un país demasiado grande. Me gustaría una República Democrática Popular de Estados Unidos. Creo que la integración Latinoamericana tiene que incluir a Norteamérica. No es una locura. Recordemos que durante la lucha de Bolívar contra los españoles había revolucionarios norteamericanos. También creo que el español debería ser el idioma de todo el continente, el idioma de las Américas, no solamente el inglés. Esta idea es muy impopular en Estados Unidos, donde hay millones de hispanohablantes. Estados Unidos tienen una población latinoamericana cada vez más grande. Quiero que Estados Unidos sea completamente diferente. Necesitamos una revolución. Durante este siglo y en los que vienen el independentismo es inevitable en Estados Unidos. Quizás California y Texas acaben separándose. De hecho, en los años 60 y 70 había un movimiento revolucionario chicano que hablaba de El plan espiritual de Aztlán. El sur de Estados Unidos le fue robado a México en 1848. Entonces, la doctrina Monroe, la doctrina colonialista de Estados Unidos, es más antigua que el sur de Estados Unidos, California y Texas. Creo que el independentismo va a volver, quizás no a ser parte de México, sino un país distinto, es inevitable. Hay tantas contradicciones dentro de mi país, en particular, algunos políticos republicanos neoconservadores hablan de la posibilidad de otra guerra civil.
Hay que hacer mucho trabajo. Entre los latinoamericanos en Estados Unidos hay latinos revolucionarios, antiimperialistas y están de acuerdo conmigo. Conozco a muchos compañeros puertorriqueños que quieren tener un país independiente. Pero al mismo tiempo no puedo ser demasiado optimista, hay muchos latinoamericanos en Estados Unidos que son de extrema derecha, creen en el imperialismo, rechazan a Latinoamérica. Será un proceso muy largo. Espero que sea el proyecto de este siglo y el que viene, el Neo bolivarianismo, que incluya no sólo el América del Sur, sino a América del Norte. Es mi ideal político, pero no creo que vaya a vivir para verlo. La única balcanización que apoyo es a la balcanización de Estados Unidos.