Momia
Lugarcito Pulgarcito decías desde tu sotana interior, huella de carbono sudaka para tus patrones, no podrás huir del analgésico.
Seguir leyendo →Lugarcito Pulgarcito decías desde tu sotana interior, huella de carbono sudaka para tus patrones, no podrás huir del analgésico.
Seguir leyendo →Anteayer, cuando ibas a prepararte para salir, volteaste al ventanal del jardín; el arbusto de espinas artificiales se levantó con una ganzúa en la mano, sus ojos eran un alarido. Corriste a tu cuarto y trabaste la puerta, marcaste a seguridad y cuando contestaron, lloraste. No encontraron a nadie; pero esa flama se eriza desde tu estómago a la garganta. Dejaste de salir, durante el día cierras las cortinas, hiciste podar el jardín. Tiraste los frascos de pastillas al excusado.
Seguir leyendo →Peinamos el parque hasta llegar. Tras la estatua, la señal. La piedra obscura, marcada: mensaje encriptado, Código leído, en papel envuelto en celulosa, todo en papel.
Seguir leyendo →Sabes que susurrarle a la galerista para que redoble la oferta, o cuando callar frente al curador para que empiece a insistir. Sabes cómo enredar al dealer de la casa de subastas. Tu preferido, el director de museo; vas por la espalda y siempre se queda sospechando que guardas mucho más.
Seguir leyendo →Una vez abajo pasamos inadvertidos en el brindis, el efecto autorreferencial del vacío nos jugaba a viento en contra, las alas se sentían más pesadas.
Seguir leyendo →En la obscuridad del túnel, solo la luz de la obsidiana me guía, el contrapunto solemne susurra miles de vocecitas que armonizan innumerables comisiones de embajadas indulgentes, almuerzos y festines de la obsecuencia en degradé.
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