Antena Matriota

Ácratas que hacen temblar al poder

— Txe­ma Gui­jar­ro y Héc­tor Jua­natey nos hablan sobre El Anal­ista — 

“La lib­er­tad de pen­sar sin la lib­er­tad de hablar no existe”.

Juan Mon­tal­vo

A difer­en­cia de Edward Snow­den, un con­ven­ci­do de que se puede cam­biar a un rég­i­men des­de aden­tro al rev­e­lar sus prác­ti­cas ile­gales de vig­i­lan­cia masi­va de la población. Al con­statar la ban­car­ro­ta y la podredum­bre de ese mis­mo rég­i­men, Julian Assange dirigió las pub­li­ca­ciones de Wik­iLeaks acer­ca de bom­bardeos a civiles y tor­turas, del amasi­a­to entre las Emba­jadas norteam­er­i­canas y las élites domes­ti­cadas en Lati­noaméri­ca, para que un día sea der­rib­a­do. Tan­to del escape de Snow­den de Hong Kong a Moscú, así como del asi­lo de Assange en la Emba­ja­da de Ecuador en Lon­dres, Txe­ma Gui­jar­ro fue uno de los hace­dores prin­ci­pales. Para cono­cer a quien has­ta 2015 fue sub­sec­re­tario para las Regiones de Asia, África y Oceanía del Min­is­te­rio de Rela­ciones Exte­ri­ores de Ecuador, hoy diputa­do por Ali­cante y Sec­re­tario Gen­er­al del Grupo Par­la­men­tario de Unidas Podemos, llegó El anal­ista. Un espía acci­den­tal del caso Assange y Snow­den (Libros del K.O., Madrid, 2020). Este repor­ta­je nov­e­l­a­do con­den­sa largas horas de con­ver­sación entre Txe­ma Gui­jar­ro y el peri­odista Héc­tor Jua­natey (San­ti­a­go de Com­postela, España,1987), quien además es colab­o­rador de medios como CTXT y Públi­coMatri­o­ta habló con Txe­ma y Héc­tor sobre su nue­vo libro y cómo las dis­putas de ayer tam­bién son las del porvenir. 

MATRIOTA: ¿En qué pen­saste cuan­do viste la expul­sión y cap­tura de Julian Assange de la Emba­ja­da de Ecuador en Lon­dres, el 11 de abril de 2019?

TXEMA: Además de impo­ten­cia por ver que los hechos se esta­ban con­suman­do, la sen­sación del final de una eta­pa que venía pro­longán­dose des­de hace muchos años. Por des­gra­cia, des­de la lle­ga­da de Lenin Moreno se con­fir­maron todos los temores que habíamos tenido. 

HÉCTOR: En primer lugar, rabia por saber que en ese momen­to comen­z­a­ba un pro­ce­so que puede ter­mi­nar con Julian extra­di­ta­do en EEUU, con todo lo que ello supone. Final­mente, los dere­chos humanos pen­den sobre una cuer­da muy flo­ja. Que el mis­mo país que le dio asi­lo, solo por cam­biar de Gob­ier­no, pudiera tomar la decisión de entre­gar­le, no solo deja en mal lugar al pres­i­dente que tomó esa deter­mi­nación, pues los dere­chos humanos exi­gen unos cimien­tos más fuertes, no pueden depen­der del Gob­ier­no de turno.

El asi­lo con­ce­di­do a Assange fue una apues­ta geopolíti­ca may­or del gob­ier­no de Rafael Cor­rea. Situó al Ecuador como un actor estratégi­co del bloque boli­var­i­ano pro­gre­sista, hoy des­barata­do. Pero sobre todo fue una decisión sober­ana. ¿Por qué este tér­mi­no, sober­anía, enardece y exas­pera tan­to a glob­al­is­tas y conservadores?

TXEMA: Yo creo que el tér­mi­no sober­anía en sí tiene algo de esqui­vo. Pien­sa que tan­to glob­al­is­tas y con­ser­vadores son capaces de lla­mar a prin­ci­p­ios de sober­anía cuan­do les con­viene. El prob­le­ma es qué sen­ti­do se le da a esta pal­abra. Es como la pal­abra lib­er­tad, tam­bién se la puede uti­lizar en muchos sen­ti­dos. Claro, lo que no entendieron nun­ca es el uso del tér­mi­no que nosotros le dimos a la sober­anía: Que pudiéramos pon­er­nos en igual­dad, eso es lo que nun­ca han enten­di­do las grandes poten­cias respec­to al orden mul­ti­lat­er­al que pre­tendemos preser­var. En ese sen­ti­do lo que les fas­tidia, lo que les moles­ta, era que pudiéramos recla­mar lo que ellos mis­mos recla­man. Es decir, su dere­cho sober­a­no a defend­er sus intere­ses y sus prin­ci­p­ios legales allá donde les cor­re­sponde. Y eso es lo que les exas­pera, lo que no sopor­tan: que no pueden ser superiores. 

Un mapa para ácratas

En El anal­ista, Txe­ma Gui­jar­ro se involu­cra acti­va­mente, des­de 2007, con el pro­ce­so paraguayo del PMAS y con­struye una relación cer­cana con Miguel Ángel López Per­i­to, quien, en épocas de la dic­tadu­ra de Ströss­ner, fue encar­ce­la­do, tor­tu­ra­do y exil­i­a­do por for­mar parte del Movimien­to políti­co y mil­i­tar 20 de abril (M‑20A). Más tarde, López Per­i­to es diri­gente de la con­certación plur­al de izquier­da que con­sti­tuye el Frente Guasú. Pos­te­ri­or­mente, en 2009, Txe­ma se vin­cu­la, en el con­tex­to de las elec­ciones pres­i­den­ciales de El Sal­vador, con el can­dida­to del FMLN, el peri­odista Mauri­cio Funes y con María Mar­ta Val­ladares Men­doza, alias Nidia Díaz, históri­ca ex guer­rillera del Frente Farabun­do Martí para la Lib­eración de El Sal­vador. Por otra parte, para dimen­sion­ar lo que sig­nifi­cará para el Ecuador el otor­gar asi­lo políti­co a Julian Assange y enfrentarse a los poderes impe­ri­ales del mun­do, entabla relación con per­son­ajes como Miguel d’Escoto y Car­los Argüel­lo, quienes fueron “fig­uras clave en la decisión de Nicaragua de lle­var a los Esta­dos Unidos de Ronald Rea­gan ante La Haya por el apoyo a los para­mil­itares de la Con­tra en su guer­ra con­tra el Gob­ier­no san­din­ista nicaragüense”. Una vez Assange en la emba­ja­da ya bajo asi­lo, la inteligen­cia cubana tam­bién pone su gran­i­to de arena. 

¿Has­ta qué pun­to ves en esta lid diplomáti­ca, jurídi­ca y políti­ca de David frente a Goli­at el pro­tag­o­nis­mo de una expe­ri­en­cia eman­ci­pa­to­ria de larga data en Améri­ca Lati­na? ¿Crees que estas expe­ri­en­cias rev­olu­cionar­ias inter­gen­era­cionales encuen­tran su cauce en la lucha de un “ácra­ta” pos­mod­er­no como Julián Assange, con­jun­ta­mente con un pequeño equipo, deci­di­do y valiente, del gob­ier­no ecuatoriano?

TXEMA: Es ver­dad que la diplo­ma­cia ecu­a­to­ri­ana en aquel momen­to recogió las expe­ri­en­cias de la his­to­ria diplomáti­ca lati­noamer­i­cana. Dada la dimen­sión del con­flic­to que teníamos con los Esta­dos Unidos, era muy impor­tante cono­cer a las voces más ver­sadas del con­ti­nente en su lucha de David con­tra Goli­at. Esa es la his­to­ria que yo cuen­to en El anal­ista, donde por cir­cun­stan­cias acci­den­tales se entre­cruzan Julian Assange, su movimien­to ácra­ta pos­mod­er­no, con la geopolíti­ca lati­noamer­i­cana, que en prin­ci­pio se habían desar­rol­la­do muy lejos. Creo que es una con­flu­en­cia acci­den­tal que ha dado bue­nas sin­er­gias, pues en el fon­do se tra­ta de luchar con­tra un orden unipolar. 

En este sen­ti­do y en esta época pos­mod­er­na ¿crees que se rel­a­tiviza el hor­i­zonte de un indi­vid­u­al­is­mo deses­ta­bi­lizador como camino, en últi­ma instan­cia, para for­jar las luchas de los de aba­jo frente al poder global?

TXEMA: Como expli­co en el libro, yo ven­go de una escuela políti­ca que tiene otras cul­turas, donde ese indi­vid­u­al­is­mo no es pro­duc­ti­vo en tér­mi­nos rev­olu­cionar­ios, o por lo menos esa es mi idea y mi ide­ología. Tam­poco podemos decir que el movimien­to ácra­ta sea un movimien­to indi­vid­u­al­ista, en el fon­do nece­si­tan de las redes, de lo colec­ti­vo, de una orga­ni­zación para poder estable­cer una lucha efi­caz de los de aba­jo frente a los de arri­ba. Está claro que la condi­ción mín­i­ma indis­pens­able para poder entablar esa nece­saria lucha, esa lucha democráti­ca que lle­va­mos a cabo, tiene mucho que ver con las capaci­dades que teng­amos para orga­ni­zarnos democráti­ca y efi­caz­mente a la vez. 

Por­ta­da del libro “El Analista“por Héc­tor Juanatey

Tam­poco podemos decir que el movimien­to ácra­ta sea un movimien­to indi­vid­u­al­ista, en el fon­do nece­si­tan de las redes, de lo colec­ti­vo, de una orga­ni­zación para poder estable­cer una lucha efi­caz de los de aba­jo frente a los de arriba.

“Offi­cers” ver­sus “Oper­a­tivos” 

Aunque Assange define su tra­ba­jo como otra vari­ante del peri­odis­mo cien­tí­fi­co, muchas veces ha rec­haz­a­do el mem­brete de peri­odista. Ha sido acer­ba­mente críti­co con el peri­odis­mo por ocul­tar su con­niven­cia con los poderes fác­ti­cos. Si algo rev­e­lan los cables de Wik­iLeaks es que la reta­guardia de la invasión a Irak y Afgan­istán esta­ba en las salas de redac­ción de los grandes medios. ¿Cuán­to de eso influyó en la rup­tura de los con­glom­er­a­dos mediáti­cos con Wik­iLeaks, que luego lo acusaron de ten­er las manos man­chadas de sangre? 

HÉCTOR: Lo que más influyó, en mi opinión, en la rup­tura de los pactos que Wik­iLeaks fir­mó con muchos medios de comu­ni­cación fue el hecho de que Julian se dio cuen­ta de que, al final, muchos de esos con­glom­er­a­dos respon­den tam­bién a cier­tos intere­ses, y no pub­li­caron todo lo que Wik­iLeaks les había fil­tra­do. Assange creía, acer­tada­mente, que todo lo que poseían era de interés públi­co, y que no podían ser sola­mente algunos medios los que deci­dier­an qué iba a salir y qué no. Con­fío en un primer momen­to fir­man­do esos acuer­dos y decidió romper cuan­do vieron que no toda la infor­ma­ción salía a la luz. Es ver­dad que una fil­tración, como tal, no puede ser defini­da como peri­odis­mo, pues para que así sea exige un tra­ba­jo peri­odís­ti­co, que supone inter­pre­tar, val­o­rar y explicar lo que se ha recibido. 

TXEMA: Esa colab­o­ración pun­tu­al que se avivó entre Wik­iLeaks y los grandes medios esta­ba con­de­na­da a romperse en cualquier momen­to. Los intere­ses nece­sari­a­mente iban a chocar. Creo que Julian vio la opor­tu­nidad de aprovecharse de esos grandes medios para lle­gar al gran públi­co, a los grandes opinadores, en eso fue inteligente. Pero cier­ta­mente había intere­ses antagóni­cos de fon­do que saltaron y saltaron pron­to. Si bien luego pasó lo que pasó, Julian fue inteligente en saber aprovechar ese momen­to. Si Julian no habría estable­ci­do esa relación con aque­l­los famosos 5 medios (The Guardian, The New York Times, Le Monde, Der Spiegel, El País), entregán­doles los cables, creo que hubier­an tenido mucho menos impacto. Alabo la prac­ti­ci­dad de Assange en ese sen­ti­do, logró obje­tivos de cor­to pla­zo, aunque luego rompió alian­zas coyunturales.

Al prin­ci­pio del libro hay una cita de Gra­ham Greene que señala la difer­en­cia entre los dos tipos de agentes de todo ser­vi­cio secre­to: los offi­cers”, des­ti­na­dos a los pape­les, informes y car­petas; y “los oper­a­tivos”, quienes encar­an el peli­gro en ter­ri­to­rio ¿La labor peri­odís­ti­ca com­pro­meti­da con las causas de la humanidad frente al poder sería sim­i­lar a la de los “offi­cers”?

HÉCTOR: No solo la labor com­pro­meti­da, sino en defin­i­ti­va toda labor peri­odís­ti­ca tiene cier­tas simil­i­tudes, pues como decía en la ante­ri­or respues­ta, un buen peri­odista tiene que saber inter­pre­tar un hecho, su con­tex­to, etc., para después con­tar­lo. No en vano muchos ser­vi­cios secre­tos acu­d­en a peri­odis­tas para ten­er infor­ma­ción sobre deter­mi­na­dos asuntos.

En el libro hay una reflex­ión de Txe­ma sobre verse abo­ca­do a romper sus pro­pios esque­mas, proce­dentes de su for­ma­ción políti­ca social­ista, al calor de suce­sos tan inédi­tos, para comen­zar a pen­sar y actu­ar des­de un lugar het­ero­doxo ¿Crees que esto tam­bién se apli­ca al ejer­ci­cio del peri­odis­mo de cara a los desafíos de estos tiempos?

HÉCTOR: Puede ten­er cier­tas simil­i­tudes a la hora de saber adap­tarse a los nuevos for­matos, sobre todo en tiem­pos entera­mente dig­i­tales. No obstante, la labor de fon­do del peri­odis­mo no ha cam­bi­a­do, ni debería cam­biar. Al final, el peri­odis­mo debe con­tar aque­l­lo que tiene interés públi­co: “Con­tar lo que algunos no quieren que se sepa”.

Los cables de Wik­iLeaks rev­e­lan cómo la Policía Nacional de Ecuador esta­ba inter­veni­da por la Emba­ja­da Norteam­er­i­cana, y cómo esta mis­ma Emba­ja­da era el diván donde las élites y cier­tas fran­jas del peri­odis­mo iban a que­jarse y a com­plotar entre sí. ¿Cómo se reci­bieron los cables de Wik­iLeaks en España, qué insti­tu­ciones y medios de comu­ni­cación se vieron comprometidos?

HÉCTOR: En un prin­ci­pio en España el per­iódi­co que fir­mó el acuer­do con Wik­iLeaks fue El País, aunque en pos­te­ri­ores rev­ela­ciones ya se ampli­aría a otros como el diario Públi­co, por ejem­p­lo. Uno de los cables que para mí sus­citó más aten­ción fue el referi­do al caso Couso y cómo, según la diplo­ma­cia esta­dounidense, España par­ticipó en los inten­tos para que el caso no se inves­ti­gara ni se lle­varan a cabo las órdenes de deten­ción de los mil­itares impli­ca­dos en su asesina­to en Bagdad.

Uno de los pos­tu­la­dos que defien­den tan­to Assange como Wik­iLeaks es el de la trans­paren­cia. El filó­so­fo sur core­ano Byung-Chul Han afir­ma: “Ya en Rousseau puede obser­varse que la moral de una trans­paren­cia total se true­ca nece­sari­a­mente en tiranía”, pues (…) “trans­paren­cia y ver­dad no son idén­ti­cas”. ¿Es posi­ble y deseable tal transparencia? 

HÉCTOR: Siem­pre que sean asun­tos de interés públi­co, sí, si bien aquí Txe­ma podrá con­tes­tar mejor, es cier­to que la trans­paren­cia total des­de un Gob­ier­no no es posi­ble por muchos factores.

TXEMA: Efec­ti­va­mente, los Esta­dos nece­si­tan ten­er sus secre­tos por cues­tiones de seguri­dad nacional evi­dentes, por cues­tiones de estrate­gia, de despliegue diplomáti­co inclu­so y de muchas otras situa­ciones. Es evi­dente que no toda la infor­ma­ción del Esta­do debe ser públi­ca. Pero sí que un Esta­do debe ten­er los mecan­is­mos que per­mi­tan de algu­na for­ma una account­abil­i­ty sobre todo lo que hacen. En este sen­ti­do, lo que no puede ten­er un Esta­do es rin­cones oscuros donde la ciu­dadanía desconoz­ca qué se está hacien­do con sus pro­pios recur­sos. Pero de ahí a que efec­ti­va­mente se ten­gan que gener­ar pro­to­co­los nece­sar­ios de seguri­dad y de con­fi­den­cial­i­dad para el fun­cionamien­to de toda mis­ión mil­i­tar, poli­cial, diplomáti­ca, pues eso creo que lo entiende todo el mundo. 

Si no hubiera esta­do pre­sente el Pro­gre­sis­mo lati­noamer­i­cano ¿quién crees que se la habría juga­do por respal­dar esta lucha del ciudadan@ de a pie, no solo Suda­ka, sino tam­bién del ciudadan@ primer­mundista, en con­tra de la vul­neración de dere­chos y el con­trol de fac­to del poder transna­cional global?

TXEMA: Hom­bre, yo creo que el Pro­gre­sis­mo Lati­noamer­i­cano ha tenido una reper­cusión mundi­al en los últi­mos 20 años. Pre­cisa­mente en su lucha por trascen­der a un orden glob­al unipo­lar, y por inspi­rar a la opinión públi­ca y a la ciu­dadanía mundi­al, que de algu­na for­ma han esta­do pre­sente en esas luchas. Y des­de luego en Europa, o en España, que es des­de donde yo puedo hablar, es ver­dad que el ini­cio de ese peri­o­do nos influyó mucho. El hecho de pen­sar que había país­es lati­noamer­i­canos que esta­ban hacien­do las cosas de otra man­era, de que había un hor­i­zonte post neolib­er­al, dio muchas esper­an­zas a mucha gente, no solo en Sudaméri­ca, sino en el primer mun­do. Y bueno, pre­cisa­mente eso fue lo que me llevó a pasar casi 8 años de mi vida en Améri­ca Latina. 

Con respeto a esta dis­pu­ta geopolíti­ca: ¿Cuál es el rol que tomaron, y aho­ra mis­mo tienen, las orga­ni­za­ciones políti­cas y ciu­dadanas de Europa occi­den­tal? ¿Qué podemos esper­ar de ellos?

TXEMA:  Bueno, esas orga­ni­za­ciones se debat­en en un ter­reno muy hos­til, pero donde políti­ca­mente se han dado algunos avances en los últi­mos años. Des­de luego han sido fun­da­men­tales para ani­mar todo avance de posi­ciones políti­cas pro­gre­sis­tas, y en ese sen­ti­do nues­tra propia expe­ri­en­cia en Podemos es hija de esas orga­ni­za­ciones políti­cas en España, sobre todo ciu­dadanas, hered­eras del 15M. ¿Qué podemos esper­ar de ellas en un futuro? Espero que sigan ali­men­tan­do todos los frentes de la lucha que hay que man­ten­er, tan­to la social, la políti­ca, la más mil­i­tante, la más insti­tu­cional, la más de calle. En fin, todos esos frentes que nece­si­tan ser per­ma­nen­te­mente ali­men­ta­dos, que se nutren pre­cisa­mente de esas orga­ni­za­ciones más ape­gadas a los prob­le­mas cotid­i­anos de la gente. Eso es lo que trata­mos de rep­re­sen­tar y lo que quer­e­mos mejorar.

Esa colab­o­ración pun­tu­al que se avivó entre Wik­iLeaks y los grandes medios esta­ba con­de­na­da a romperse en cualquier momen­to. Los intere­ses nece­sari­a­mente iban a chocar.

Julian Assange es ecuatoriano

Durante las audi­en­cias del juicio de extradi­ción en la Corte de West­min­ster en Lon­dres, luego de meses sin acce­so a una com­puta­do­ra, se le per­mi­tió a Assange el uso de una lap­top para revis­ar los mate­ri­ales de su defen­sa. Pero tratar de uti­lizarla fue inútil, habían der­ra­ma­do pega­men­to sobre el tecla­do. En la prisión de Bel­marsh, donde va a cumplir 2 años de encar­ce­lamien­to, no tiene cale­fac­ción, tam­poco está per­mi­ti­do el ingre­so de cobi­jas para los inter­nos. Para tratar de abri­garse, al igual que los otros detenidos, Assange se vale de los libros que puede sacar de la bib­liote­ca de la prisión para tratar de tapi­ar la ven­tana del frío en las noches. 

El hom­bre que entró a la Emba­ja­da no es el mis­mo que estu­vo 7 años encer­ra­do, y tal parece que poco tiene que ver con el que aho­ra está encar­ce­la­do en Bel­marsh. ¿Podrías describir los cam­bios en la per­son­al­i­dad de Assange, espe­cial­mente cuan­do sec­tores del soberanis­mo más con­ser­vador lo reivin­di­can para su bando? 

TXEMA: Siem­pre lo he dicho, yo no vi tan­tos cam­bios en su per­son­al­i­dad, como en su fisi­ci­dad. A lo largo de los años que estu­vo en la Emba­ja­da su dete­ri­oro físi­co fue muy evi­dente. Pero a mí siem­pre me sor­prendió su for­t­aleza men­tal para aguan­tar en esa situación, man­ten­er una posi­ción políti­ca y en su caso, vital, bas­tante con­sol­i­da­da. Hace más de dos años que no lo veo. No sé cómo le estará sen­tan­do la cár­cel, pero ten­emos que hac­er un ejer­ci­cio de empatía: cualquier per­sona en sus condi­ciones lo estaría pasan­do fatal. Pero fran­ca­mente, ese tiem­po que estu­vo en la Emba­ja­da pudo aguan­tar muy bien, siem­pre me sor­prendió su for­t­aleza men­tal para resistir. 

Assange es uno de los per­son­ajes más sataniza­dos en Ecuador, satanización que tam­poco excluyó a los asesores extran­jeros de los gob­ier­nos de izquier­da como Txe­ma Gui­jar­ro, por su rol tan­to en el asi­lo a Assange como en la pro­tec­ción a Snow­den. Un libro como El anal­ista cor­rige las dis­tor­siones sobre los supuestos con­flic­tos en la Emba­ja­da provo­ca­dos por Assange. Cuan­to los hubo, en su may­oría fueron con los emplea­d­os de UC Glob­al, la empre­sa españo­la de seguri­dad pri­va­da, hoy proce­sa­da por espi­ar a Assange y entre­gar su infor­ma­ción a la CIA. Aunque sus rela­ciones con el per­son­al de la emba­ja­da fueron bue­nas, eran obje­to de espec­u­lación y calum­nia de los lat­i­fun­dios mediáti­cos ecu­a­to­ri­anos. El juicio a UC Glob­al en España está por empezar, pero en Ecuador es un tabú, pues com­pro­m­ete al gob­ier­no de Lenin Moreno y a las cloa­cas del peri­odis­mo nacional que lo blindan.

¿Qué hac­er con­tra esas cloa­cas infor­ma­ti­vas? ¿Qué batal­la cul­tur­al lev­an­tar para desmontarlas? 

TXEMA: La úni­ca for­ma de tra­ba­jar con­tra esas cloa­cas, de dar esa batal­la cul­tur­al, es, noso­tras mis­mas, nosotros mis­mos, hac­er ese peri­odis­mo alter­na­ti­vo tan nece­sario. Porque la infor­ma­ción es poder y hay que con­stru­ir con­trapoder con con­tra información. 

¿Cómo hac­er posi­ble una colab­o­ración inter­re­gion­al, ver­dadera­mente inter­na­cional­ista, entre gob­ier­nos y/o par­tidos de izquier­da, en un mun­do donde la cen­sura y el caos económi­co irán en aumento?

TXEMA: En el caso lati­noamer­i­cano te diría que nece­si­ta­mos de per­son­al­i­dades como las de Hugo Chávez o de un Fidel Cas­tro. Aho­ra mis­mo ten­emos la situación más com­pli­ca­da, aunque recon­struyén­dose poco a poco; quizá no hayan surgi­do todavía los lid­er­az­gos fuertes que están lla­ma­dos a encabezar esa colab­o­ración inter­re­gion­al de las izquier­das en Améri­ca Lati­na. Pero creo que los avances que hemos tenido recien­te­mente en Bolivia, y por supuesto, en Ecuador, donde el país está a las puer­tas de un cam­bio políti­co impor­tante, nos ani­ma a pen­sar en la recon­struc­ción de ese bloque lati­noamer­i­can­ista, que fije una posi­ción region­al frente al des­or­den existente. 

Mien­tras la jus­ti­cia británi­ca dic­t­a­m­inó en enero de este año que Assange no podría ser extra­di­ta­do a Esta­dos Unidos, la Fis­calía Gen­er­al del Esta­do de Ecuador prosigu­ió con el juicio para quitar­le la nacional­i­dad ecu­a­to­ri­ana. La Fis­calía ecu­a­to­ri­ana lo con­sid­eró en rebeldía por no haber respon­di­do a la noti­fi­cación envi­a­da a la prisión de Bel­marsh, des­ti­na­da para ter­ror­is­tas, donde no se les per­mite a inter­nos como Assange recibir correo o cualquier tipo de doc­u­mentación. Luego de que el mis­mo tri­bunal de West­min­ster le negara la lib­er­tad bajo fian­za, el Depar­ta­men­to de Jus­ti­cia Norteam­er­i­cano pre­sen­tó una apelación con­tra el fal­lo que impidió la extradición. 

Si bien el reciente fal­lo judi­cial que negó la extradi­ción de Assange a Esta­dos Unidos parece una vic­to­ria políti­ca, al sus­ten­tarse en los peli­gros que corre su salud y en las ter­ri­bles condi­ciones de encar­ce­lamien­to que está sopor­tan­do, elude el con­tenido políti­co del caso. Prác­ti­ca­mente les da la razón a los fis­cales norteam­er­i­canos y deja despro­te­gi­do al con­cep­to de lib­er­tad de expre­sión ¿Crees que la jus­ti­cia británi­ca quiere pro­lon­gar una situación insostenible con el fin de que Assange muera en prisión?

HÉCTOR: Una Jus­ti­cia real no debería actu­ar en fun­ción de si quiere esto o aque­l­lo, sino emi­tir sim­ple y llana­mente jus­ti­cia. En mi opinión, el fal­lo es pos­i­ti­vo has­ta cier­to pun­to, pues sola­mente se escu­da en que EEUU no ofrece las garan­tías para evi­tar un posi­ble sui­cidio de Julian. Por lo demás, da la razón en todo al Gob­ier­no estadounidense.

La ofer­ta de asi­lo políti­co del pres­i­dente de Méx­i­co, Andrés Manuel López Obrador, fue uti­liza­da por los fis­cales norteam­er­i­canos y la jueza del caso para negar­le la lib­er­tad bajo fian­za, ale­gan­do que Assange podría escapar. ¿Hay un futuro para Wik­iLeaks y Assange, aunque la acusación del Depar­ta­men­to de Jus­ti­cia Norteam­er­i­cano siga en pie? ¿El gob­ier­no de Joe Biden arreme­terá con­tra quien definió como “ter­ror­ista digital”?

TXEMA: El gob­ier­no de Biden ya está arreme­tien­do en la medi­da en que no han reti­ra­do ninguno de los car­gos, y aca­ban de pre­sen­tar una apelación con­tra el dic­ta­men que nie­ga la orden de extradi­ción. Quiero ser pru­dente, pero creo que Biden no será pia­doso, hay que recor­dar que fue él quien empleó el tér­mi­no de ter­ror­ista dig­i­tal con­tra Assange cuan­do era vicepres­i­dente de Oba­ma. Vamos a ver, se ha habla­do de que el indul­to a Chelsea Man­ning podría ayu­dar a que Biden tome una decisión sim­i­lar, has­ta ha habido int­elec­tuales que le han escrito car­tas para pedirle que tome esa medi­da. Sin embar­go, esto no se ha pro­duci­do, dudo que siga el ejem­p­lo de Man­ning, porque, al fin y al cabo, en el rela­to que se con­struyó sobre el caso, y en el que el pro­pio Biden estu­vo involu­cra­do, Man­ning aparecía como la pobre que había sido engaña­da por un tipo muy malo, por un hack­er peli­groso, por un “comeniños”, el úni­co cul­pa­ble de todo esto. En ese sen­ti­do, den­tro del rela­to que ellos con­struyeron, pueden per­donar a la ton­ta que se dejó engañar; pero es un rela­to fal­so, puesto que Man­ning tuvo la decen­cia que muchos de sus com­pañeros y com­pañeras no fueron capaces de ten­er al pro­por­cionar la fil­tración a Wik­iLeaks. Pero en todo caso, en ese rela­to parece no haber lugar para un indul­to a Assange.

¿Crees que Julián Assange, sal­van­do las dis­tan­cias, podría ser el Che Gue­vara del siglo XXI? ¿Qué lec­ciones éti­cas nos deja?

TXEMA: Las grandes fig­uras históri­c­as como el Che Gue­vara son incom­pa­ra­bles, además, su reper­cusión políti­co históri­ca está mucho más con­sol­i­da­da. Vamos a ver todavía cómo dejará la his­to­ria el caso de Julian Assange, el cual nos deja grandes lec­ciones éti­cas por las que ten­emos que seguir luchan­do: La necesi­dad de que la vig­i­lan­cia no restrin­ja la lib­er­tad de infor­ma­ción. Que podamos infor­marnos como quer­amos. Que teng­amos acce­so a fuentes alter­na­ti­vas. Que seamos ciu­dadanos capaces de defend­er nue­stro dere­cho a pro­te­ger nues­tras comu­ni­ca­ciones. Que nue­stro dere­cho a la intim­i­dad no sea vio­la­do por ningún Esta­do o cor­po­ración. Creo que son luchas abso­lu­ta­mente con­tem­poráneas, están aho­ra mis­mo en ple­na liza, y debe­mos seguir peleando.

Gifs ani­ma­dos por Fran­cis­co Galárraga